El presidente ruso Vladimir Putin, al iniciar su ofensiva el 24 de febrero contra su vecino, aseguró que los territorios ucranianos no serían ocupados y sostuvo que únicamente quería defender a las poblaciones de habla rusa que, según él, estarían oprimidas por Kiev.
Pero la última declaración del viceprimer ministro ruso Marat Jusnulin, durante una visita a la región de Zaporiyia, tomada por los militares rusos, deja entrever otros objetivos.
“Considero que el futuro de esta región es trabajar dentro de la amistosa familia rusa. Por eso he venido, para contribuir a la integración”, dijo. El responsable también explicó que la central nuclear de la región, que produce hasta el 20% de la electricidad de Ucrania, funcionará para Rusia, a menos que Kiev pague.
Serguéi Aksenov, el gobernador de Crimea, anexionada por Moscú en 2014, insistió en “ver el futuro (de la península y de las regiones de Zaporiyia y de Jersón) dentro de un solo Estado”, Rusia. Y las autoridades colocadas por el ejército ruso en Jersón tampoco ocultan su voluntad de que esa área forme parte de Rusia.
En los tres últimos meses se ha mencionado la anexión a Rusia de las regiones separatistas de Donetsk y Lugansk –cuya independencia reconocieron las autoridades rusas justo antes de la ofensiva--, pero no se ha anunciado ningún proyecto concreto. El Kremlin no desmiente ninguna eventual anexión y afirma que quiere respetar la voluntad de las poblaciones locales. Con todo, Kiev tiene la intención de luchar y reconquistar los territorios perdidos. AFP