“Yo tengo que gobernar, cambiar las piezas que por ventura no estén funcionando. Si la prensa está preocupada con el cambio de ayer, la semana que viene tendremos más”, señaló el mandatario, sin dar más detalles, durante una ceremonia militar en la ciudad de Campinas, en el interior del estado de São Paulo.
El viernes, el Gobierno brasileño anunció por sorpresa que el economista Roberto Castello Branco será reemplazado por el general de la reserva del Ejército Joaquim Silva e Luna, ex ministro de Defensa, en la Presidencia de Petrobras, en medio de la crisis abierta por el alza de los precios del combustible, fuertemente criticado por Bolsonaro. “Lo que no me falta es coraje para decidir pensando en el bien mayor de nuestra nación”, reforzó el mandatario en la ceremonia.
El gobernante afirmó además que lo más fácil es acomodarse y aproximarse de quienes no tienen compromisos con su patria, pero que eso no sucederá en su Gobierno. “Entiendo que tengo un deber que cumplir aquí, como cada uno lo tenemos. Y no dejaré pasar esa oportunidad, debemos hacerlo todo por la patria”, señaló.
El cambio en el comando de Petrobras, la mayor empresa de Brasil, depende ahora del aval del Consejo de Administración.
La petrolera confirmó ayer sábado que recibió un oficio en el que el Ministerio de Minas y Energía solicitó la convocatoria de una asamblea general extraordinaria para discutir y analizar el nombramiento de Silva Luna como presidente de la compañía.
Hasta el momento, el militar ejercía como presidente de la parte brasileña de la hidroeléctrica binacional de Itaipú y será relevado en el cargo por el también general João Francisco Ferreira.
Si es confirmada su designación, Silva e Luna será el primer presidente militar de Petrobras desde los tiempos de la dictadura (1964-1985), un periodo que Bolsonaro ha defendido en repetidas ocasiones.
CAMBIOS GENERAN CRÍTICAS. El anuncio de los cambios en la petrolera, controlada por el Estado pero con acciones negociadas en las bolsas de São Paulo, Madrid y Nueva York, generó frenesí en los mercados y desató críticas entre economistas.
El ex secretario de Privatizaciones del Ministerio de Economía Salim Mattar, quien renunció el pasado agosto por la demora en las privatizaciones de varias estatales, se mostró indignado con el rumbo de Brasil y la interferencia en Petrobras.
“Roberto (Castello Branco) es un profesional extremadamente cualificado que sacó a la empresa literalmente del fondo del pozo tras el mayor escándalo de corrupción del planeta. En su lugar será nombrado un militar más”, señaló en su cuenta de Twitter, con referencia a las corruptelas destapadas por la operación Lava Jato.
Por su parte, el director de la Institución Fiscal Independiente, Felipe Salto, ironizó sobre la medida acertada del Gobierno para calmar los ánimos del mercado en medio del caos.
“¿Cuál es la justificación para pedir la cabeza de Castello Branco? ¿Manda (en el precio) quien puede y obedece quien tiene juicio? Qué buena decisión para calmar los ánimos del mercado”, espetó.
Mientras, el ex presidente del Banco Central Gustavo Franco comparó a Brasil con Venezuela, cuyo Gobierno es duramente criticado por Bolsonaro.
“Buenas tardes, Venezuela”, escribió en Twitter el dirigente de la autoridad monetaria brasileña entre 1997 y 1999 nada más confirmarse el cambio.
Solo en la jornada bursátil de este viernes, Petrobras perdió más de 28.000 millones de reales (unos 5.205 millones de dólares) en valor de mercado y sus acciones se desplomaron tanto en São Paulo como en Wall Street.
El mandatario designó a un general de la reserva como nuevo presidente de Petrobras, esto obligará a un cambio en la Itaipú, donde asumiría otro general como titular del ente que comparte con Paraguay.