Ciudad del Vaticano, (EFE).-
“Es necesario también hoy evangelizar la realidad de la muerte y de la vida eterna, realidad especialmente sujeta a creencias supersticiosas y a sincretismos, para que la verdad cristiana no corra el peligro de mezclarse con mitologías de varios géneros”, dijo Benedicto XVI durante su tradicional discurso del Ángelus.
El Pontífice se preguntó si aún los hombres y las mujeres anhelan la vida eterna, cuestión que planteó delante de varios centenares de fieles congregados en la Plaza de San Pedro para escuchar el rezo del Ángelus del Día de los Difuntos.
"¿Los hombres y las mujeres de nuestra época desean aún la vida eterna? ¿o quizá la existencia terrena se ha convertido en el único horizonte?”, preguntó el Pontífice, quien aseguró que la “vida beata” es una esperanza común a los “hombres de todos los tiempos y de todos los lugares”.
Pero la esperanza cristiana, puntualizó el Papa, “no es sólo individual, sino que es siempre esperanza para los demás. Nuestras existencias están profundamente unidas unas con otras, y el bien y el mal que cada uno hace afecta siempre a los otros”.
Con ocasión del Día de los Difuntos, Benedicto XVI bajará a las 17.30 GMT de forma privada a las grutas vaticanas para rezar por los papas allí sepultados y por el alma de todos los fallecidos. EFE