24 ago. 2025

El opositor Sheikh Mohamud, elegido por sorpresa nuevo presidente de Somalia

Mogadiscio, 10 sep (EFE).- El opositor Hassan Sheikh Mohamud fue hoy elegido por sorpresa nuevo presidente de Somalia por el Parlamento nacional para un mandato de cuatro años, lo que pone fin a la transición política iniciada en 2004 con apoyo de la ONU.

Mohamud, un académico y activista de la sociedad civil que fundó el pasado año el Partido de la Paz y el Desarrollo, se impuso en la tercera y definitiva votación al actual presidente somalí, Sharif Sheikh Ahmed, quien partía como gran favorito.

El opositor obtuvo 190 votos, frente a los 79 que consiguió Ahmed, quien encabezaba, hasta hoy, el Gobierno Federal de Transición (GFT) somalí desde 2009.

“Acepto el resultado, fue justo y lo acataré", dijo el presidente saliente.

El nuevo jefe de Estado, por su parte, felicitó a Ahmed -al que llamó “amigo"- por el “cambio histórico” acaecido en Somalia durante su mandato, al tiempo que pidió el apoyo inquebrantable del pueblo somalí y prometió restaurar la “dignidad” del país.

Es la primera elección de un presidente que se celebra desde 1967 en Somalia, país que lleva sin gobierno efectivo tras el derrocamiento del dictador Mohamed Siad Barré en 1991.

Mohamud venció contra todo pronóstico, ya que ni los expertos le le había atribuido opciones de llegar tan lejos ni su nombre destacaba entre los 25 aspirantes que presentaron su candidatura a la Presidencia, quienes tuvieron que aportar 10.000 dólares (unos 7.800 euros), entre otros requisitos, para poder presentarse.

El proceso de elección, en el que participaron 271 parlamentarios que votaron en secreto, tuvo lugar en una academia de policía de Mogadiscio bajo fuertes medidas de seguridad y se siguió con gran expectación por televisión en restaurantes de la capital.

Tras conocerse el resultado, algunos ciudadanos saludaron con disparos al aire en Mogadiscio el triunfo de Mohamud, que representa, en principio, una apuesta por el cambio frente al continuismo de Ahmed, desgastado por las acusaciones de corrupción -algunas procedentes incluso de la ONU- que soportó su Gobierno.

Aunque la fecha designada para la designación del presidente -y del fin de la transición-, era el pasado 20 de agosto, los actores implicados en el proceso no cumplieron el plazo y retrasaron hasta hoy la elección.

Antes de que los diputados depositaran las papeletas en una urna habilitada hoy para la ocasión, el representante especial de la ONU para Somalia, Augustine Mahiga, había pedido a los parlamentarios somalís que votaran “por el bien del país”.

Los diputados que han elegido al nuevo presidente fueron nombrados el pasado agosto por un grupo de 135 líderes tradicionales, tras aprobarse el día 1 de ese mes una Constitución provisional que debe ratificarse en un futuro referéndum.

Esos 135 líderes, según la Oficina Política de la ONU para Somalia (UNPOS), representan a todos los clanes del país.

Ese método de representación, supervisado y aprobado por la ONU, sustituye a unas elecciones democráticas, ya que la situación de seguridad no permite la realización de comicios creíbles, aunque se espera que en cuatro años pueda haber votaciones democráticas.

En la actualidad, las tropas de la Misión de la Unión Africana en Somalia (AMISOM), en coordinación con el Ejército de Somalia, el de Etiopía y milicias progubernamentales, avanzan hacia la ciudad de Kismayo (sur), bastión de los radicales islámicos de Al Shabab.

Al Shabab, que el pasado febrero anunció su unión formal con la red terrorista Al Qaeda, combate desde 2006 (aunque no en su actual formato) al Gobierno somalí y las tropas aliadas con el fin de instaurar un Estado musulmán de corte wahabí en la zona.

Somalia vive en un estado de guerra civil y caos desde 1991, cuando fue derrocado Mohamed Siad Barré, lo que dejó al país sin un gobierno efectivo y en manos de milicias islamistas, señores de la guerra que responden a los intereses de un clan determinado y bandas de delincuentes armados.

Ilyas Ahmed