El nuevo monarca continental

Desde la previa, la final que se disputó por primera vez en un solo partido, en cancha neutral (Estadio Monumental de Lima, Perú), tuvo su sabor especial.

Con el ingreso de ambos equipos y el mimo que Gabigol le dio a la Copa (algo que algunos creen de mala suerte); luego el dominio claro de River en el primer tiempo.

Tan malo fue la primera etapa para el equipo dirigido por el luso Jorge Jesús, que el defensor Filipe Luis apuntó pospartido: “Jugamos muy mal. River marcó muy bien, nos hizo todo difícil, nos complicó mucho. Las finales son así. Está claro que River es el rival más difícil hoy por hoy. Nos ha costado, pero el destino quiso que la gloria fuera nuestra. Por ahí fue injusto, pero las finales son así”.

Esa diferencia se marcó en el resultado, ya que el Millonario se fue 1-0 arriba a los vestuarios en el entretiempo por el gol de Rafael Santos Borré (14’).

REACCIÓN. En el segundo tiempo, Flamengo empezó a inclinar la cancha, con un River que retrocedió demasiado, esperando meter un contragolpe que liquide el marcador.

Una excelente habilitación de Bruno Henrique a los 89’ habilitó al uruguayo De Arrascaeta que dejó solo a Gabigol y marcó el 1-1 que extendía la definición al alargue.

Pero en un pestañeo y un mal despeje de Javier Pinola, que fue de lo mejor en la defensa millonaria, dejó la pelota a Gabigol que no perdonó y puso el 2-1 final.

El paraguayo Robert Piris ingresó a los 94’ ya con todo casi definido.

Flamengo sonríe nuevamente un 23 de noviembre, mismo día en que ganó la Libertadores de 1981 y esta.