El Paraguay cada día está peor. Y como un murmullo recorre el país el sentimiento de que ha llegado la hora del cambio. Esto significa “alternancia con una fuerte alternativa”. Por eso, abril de 2008 es un momento histórico.
Si esto es verdad, ¿dónde está el problema?
Y aquí viene la historia mitológica del “nudo gordiano”. Ese nudo con que un campesino de Frigia ató sus bueyes al yugo y que nadie podía desatar. El que lo hiciera conquistaría el Oriente.
En el Paraguay actual existen muchos nudos gordianos. Una ley electoral y un TSJE, vendidos al sistema. La Corte Suprema de Justicia, partidizada. Una oposición política, perdida. Ausencia de política exterior. Un Pueblo diezmado en salud, educación y conciencia sociopolítica. Una ANR estructurada para vencer. Y una oposición que la imita no precisamente en sus ansias de vencer.
Seis nudos gordianos que el Pueblo deberá desatar en menos de un año, si quiere el cambio.
Y ¿qué hemos hecho hasta ahora? El TSJE, la CSJ, la ANR, ni se sienten tocados. Al Pueblo se le sigue adormeciendo. Y la oposición juega al cuoteo. El oficialismo se divide, pero sigue estructuralmente fuerte. De este modo, los nudos gordianos del Paraguay siguen intocables.
Dice la leyenda mítica que nadie supo desenredar el nudo gordiano. Un emperador, Alejandro Magno, en el año 333 a.C. con la espada resolvió el enigma. Lo partió por el medio. En su hartura, un día, el Pueblo lo puede hacer. Pero esta tampoco es la solución, sobre todo tratándose de un desafío político.