11 dic. 2025

“El negacionismo del presidente Jair Bolsonaro fue muy nocivo para Brasil”

El juez que lideró la operación Lava Jato habla de su paso por el Gobierno, critica al presidente Bolsonaro y se refiere a la polarización que vive el país en medio de la pandemia del nuevo coronavirus.

Crítico. Sergio Moro lideró la operación Lava Jato.

Crítico. Sergio Moro lideró la operación Lava Jato.

“Tengo dudas hasta qué punto está garantizada la autonomía de órganos de control” para el combate a la corrupción en el Gobierno de Jair Bolsonaro, dice en entrevista con Efe Sergio Moro, famoso por su lucha contra la impunidad en Brasil y poderoso ministro de Justicia y de Seguridad Pública hasta abril. Moro, de 47 años, fue juez de la megaoperación anticorrupción Lava Jato, que desde el 2014 llevó a la cárcel a decenas de empresarios y políticos, entre ellos, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. A finales de 2018, el famoso juez renunció a 22 años de magistratura al aceptar ser ministro de Bolsonaro, quien lograba atraer así la bandera del combate a la corrupción. Sin embargo, el periplo de Moro en el Ejecutivo estuvo lleno de percances. En junio de 2019, unas filtraciones publicadas por la web de investigación The Intercept, del estadounidense Glenn Greenwald, pusieron en tela juicio su imparcialidad. Los mensajes capturados del aplicativo Telegram insinuaron que el entonces juez podría haber extralimitado sus competencias al orientar la investigación contra el ex presidente Lula. Ya el 24 de abril de 2020 convocó una explosiva conferencia de prensa para presentar su dimisión alegando una supuesta “injerencia” de Bolsonaro en la Policía Federal, en asuntos relativos a investigaciones que pueden llegar a afectar a alguno de sus hijos.

DENUNCIA. ”Mi salida del Gobierno fue exactamente para llamar la atención sobre este tema, relacionado en el caso específico con la Policía Federal, pero hubo noticias de interferencia de otros organismos administrativos”, subrayó. Moro, el miembro más popular del Gobierno durante los 15 meses que ejerció como ministro, desencadenó con sus acusaciones una investigación dirigida por el Tribunal Supremo Federal, que dilucida si Bolsonaro se inmiscuyó. En caso de que se comprueben las acusaciones, el mandatario puede ser sometido a un juicio e incluso ser cesado del cargo.En la entrevista por videoconferencia desde su domicilio de Curitiba (sur de Brasil), Moro acusa al presidente de “negacionismo” ante el Covid-19, que ha matado en el país a casi 70.000 personas e infectado a 1,7 millones; lamenta la “polarización política nociva”; y evita hablar de una posible candidatura presidencial para 2022.

Le desea a Bolsonaro enfermo con Covid-19, “una plena recuperación” y espera “que no sufra los peores síntomas.

“Cuando estaba en el Gobierno –prosigue Moro–, fui un crítico y siempre dije que se necesitaba tener una política federal enfocada en el combate a la pandemia. No obstante, con todo el respeto al presidente, hubo una omisión por culpa del negacionismo del presidente y eso fue muy negativo para el país”.

PAÍS DIVIDIDO. En cuanto a la posible existencia de milicias armadas que apoyan al Gobierno de Bolsonaro, Moro opina que “lo que hay es una polarización política nociva, tanto de la extrema derecha, como de la extrema izquierda, y las redes sociales se han usado para diseminar esas amenazas, noticias falsas, ese discurso de odio. Y eso no es bueno para la democracia”.

También se refiere al denominado “Gabinete del odio”, que supuestamente se dedica a diseminar noticias falsas en internet y cuyo liderazgo es atribuido a Carlos Bolsonaro, hijo del presidente. “Hay una investigación del Supremo sobre ese tema (el miércoles Facebook anunció que desactivaba una serie de cuentas y páginas vinculadas a asesores de los Bolsonaro). Lo que se puede decir es que hay una red, un grupo en las redes sociales que disemina amenazas en masa, noticias falsas, normalmente en favor del Gobierno. Si esa red está asociada a Planalto, es un asunto bajo investigación, manifiesta.

El ex ministro de Justicia y Seguridad evita hablar sobre su futuro político y cuando se le consulta si algún partido se ha aproximado para hablar sobre las elecciones presidenciales de 2022, responde que “nuestro acento tiene que estar en la pandemia, la economía, la retomada de la agenda anticorrupción y otras agendas de reforma”.

“Brasil es una democracia consolidada. Es una de las principales economías del mundo. Tenemos nuestros problemas pero íbamos avanzando. Hay que retomar la visión de un gran Brasil, no como algo imperial, sino como un país acogedor, tolerante, que avanza”, concluye.


Hay que retomar la visión de un gran Brasil, no como algo imperial, sino como un país acogedor, tolerante...