Una movida importante se habría concretado en el mundo de los medios, con la venta de la licencia de Radio 1000 a favor de la compañía Chena Ventures, propiedad del emprendedor Christian Chena. Mina Feliciángeli, propietaria de la conocida estación, indicó que aún no se concretó la transacción, que recién se está negociando y que incluso hay otros interesados. Sin embargo, una fuente interna de la emisora comentó a ÚH que la operación ya finalizó la semana pasada y que además se comunicó que los programas actuales de Radio 1000 se mantendrán solo hasta diciembre del corriente año. Alfredo Chena, padre de Christian, es el que lleva adelante la operación, precisó.
En un principio se manejaba que el permiso y las instalaciones de la radio se venderían en su totalidad, por lo que el monto requerido era de USD 3 millones. No obstante, finalmente se acordó solamente transferir la licencia, lo que demandaría una erogación menor, aunque imperiosamente debe ser aprobada por la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel). Consultadas al respecto, las autoridades del ente regulador indicaron que todavía no recibieron ninguna solicitud vía mesa de entrada.
Feliciángeli confirmó que únicamente se pondrán en venta la licencia y la planta transmisora, pero el nuevo propietario deberá aportar la estructura edilicia, además de los equipos pertinentes. Añadió que todavía no envió ninguna nota a la Conatel, puesto que se sigue conversando.
El Grupo Chena actualmente explota la emisora Romance 104.5 FM y otros medios de entretenimiento. Fue dueño de Radio Cardinal (AM 730), estación que terminó vendiendo al Grupo Zuccolillo por aproximadamente USD 3 millones, cifra récord dentro del espectro radial nacional.
TEMOR. Trabajadores de Radio 1000 manifestaron su incomodidad por la venta de la estación, ya que varios contenidos serían sacados del aire bajo la nueva administración, por lo que se tendrían desvinculaciones. La fuente consultada por este diario indicó que, a priori, se logró acordar con los nuevos licenciatarios que los programas estén vigentes hasta fin de año, de manera a respetar los contratos con los auspiciantes. Posteriormente se analizará si continuarán.