El acelerador de partículas más poderoso del mundo ha concluido así su segunda fase de explotación, durante la cual superó las expectativas de la comunidad científica por el volumen de datos que ha ofrecido.
El LHC produjo así 300 petaoctetos que están actualmente archivados de forma permanente en las bibliotecas de bandas del centro de datos del CERN.
Como punto de comparación, ese volumen de datos equivale a un vídeo transmitido en vivo durante 1.000 años.
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“El análisis de los datos generados en los experimentos del CERN han producido una gran cantidad de resultados que nos han permitido profundizar nuestro conocimiento de la física fundamental y del Universo primordial”, señaló el CERN en un comunicado.
El objetivo del mantenimiento que se dará al acelerador es prepararlo para producir más colisiones a una energía superior.
Fue gracias al LHC que se pudo observar en 2012 el llamado “Bosón de Higgs”, una partícula elemental única, muy diferente a todas las otras que se habían visto hasta ese momento.
Los físicos del CERN han centrado parte de su trabajo en analizar si esta partícula se desintegra o se transforma en otras partículas para verificar así las predicciones del Modelo Estándar de la física de partículas.