El balance provisional es de una treintena de muertos y decenas de heridos graves, confirmó el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini.
“Como italiano, haré todo lo que esté en mis manos para tener nombres y apellidos de los responsables pasados y presentes, porque es inaceptable que en Italia se mueran así”, declaró.
En la misma línea se mostraron otros miembros del Ejecutivo –conformado por el Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y la Liga–, como el ministro de Infraestructuras Danilo Toninelli, quien afirmó que todos los responsables pagarán.
El derrumbe se produjo en torno a las 12.00 de Italia, por causas que aún se desconocen y que deberán esclarecer en una investigación que iniciará en las próximas horas.
Sin embargo, en el país ya despertó un debate sobre el estado de las carreteras y al respecto, Toninelli subrayó en una entrevista para un canal de televisión, que esa autopista estaba gestionada por la compañía Austostrade per l’Italia, filial de Atlantia.
“Austostrade per l’Italia tenía una concesión del Estado para encargarse de la gestión y de la manutención de esta carretera. La manutención es absolutamente competencia de Autostrade”, insistió.
Después del siniestro la concesionaria italiana explicó en una nota que estaba trabajando para consolidar el pavimento del viaducto y que, tal y como estaba previsto, se instaló un puente grúa para permitir el desarrollo de actividades de mantenimiento.
Los trabajos y el estado del puente estaban sujetos a la constante observación de las autoridades locales, indicó la compañía.
El presidente de la región de Liguria, Giovanni Toti, garantizó en una nota que el área está bajo control y que el cuerpo de bomberos está valorando el riesgo de que se produzcan nuevos derrumbes.
En la zona se encuentran ahora mismo más de 200 bomberos, pero también equipos de protección civil, de la policía municipal y de atención sanitaria; que trabajan para retirar todos los escombros y salvar a las personas vivas que quedaron atrapadas, lo cual es la prioridad.