Moro, otrora adalid de la lucha anticorrupción, elegido senador en las legislativas del 2 de octubre, se ha erigido nuevamente en un defensor del líder ultraderechista, al que ha vuelto a abrazar después de lanzarse graves acusaciones públicamente. Su retorno al bolsonarismo es, según dijo este martes en redes sociales, “para impedir la destrucción moral y económica” de Brasil con la vuelta al poder de Lula, favorito para la segunda vuelta electoral del 30 de octubre.
Moro y Bolsonaro sellaron las paces el domingo, cuando el antiguo magistrado de la Operación Lava Jato, que llevó a decenas de empresarios y políticos a prisión por corrupción, acompañó a Bolsonaro al primer debate en televisión con el dirigente progresista.
Moro asesoró al mandatario durante el debate y compareció con él ante los periodistas. Esta inesperada reconciliación se ha dado después de dos años y medio de completa enemistad.
Su relación saltó por los aires el 24 de abril de 2020, cuando Moro renunció como ministro de Justicia y acusó a Bolsonaro de acabar con la lucha anticorrupción e intentar interferir en la Policía Federal para proteger a su familia.
Antes, Moro había abandonado los tribunales de la ciudad de Curitiba, donde juzgó en primera instancia las corruptelas destapadas en la petrolera estatal Petrobras, para sumarse al Gobierno de Bolsonaro, en enero de 2019.
El mandatario, que, como este año, centró la campaña de 2018 en recordar los desvíos de dinero público durante los Gobiernos del Partido de los Trabajadores (PT) de Lula. EFE