15 dic. 2025

El discurso de la discordia

Por Gloria B. Rolón L. grolon@uhora.com.py

Mire que lo leí, releí y requeterreleí... es crítico, quizás poco formal y hasta muy coloquial si usted quiere, con algunas incorrecciones en tiempo y género... pero de ahí a considerarlo grosero e irrespetuoso, me parece una exageración... o una estrategia.

Sí, me refiero al famoso discurso pronunciado por Eduardo Felippo, en nombre de la Feprinco, el Día del Empresario (jueves 30 de junio de 2011). Sí, ese mismo, el que generó un tremendo disgusto tardío, por cierto, en el entorno presidencial. Pareciera que hasta para enojarse este Gobierno se toma su tiempo (tiempo obispal le dicen por la profesión del presidente). Esa noche al mismísimo presidente lo vimos acompañar con risas las puntualizaciones hechas por Felippo, con respecto, por ejemplo, a su nada secreto gusto por los viajes. Al día siguiente, solo el ministro de Hacienda respondió.

Bueno, la cuestión es que no había encontrado en el extenso texto -mire que me tomé el trabajo de imprimir la desgrabación del discurso en cuestión- nada que pueda considerarse profundamente agraviante a la investidura presidencial o cosa por el estilo.

Es más, cuando leí las declaraciones del gobernador de San Pedro, José Ledesma (lunes 11/07/2011, Diario Última Hora, pág. 2) en las que destacaba que toda la mañana del domingo se pasó tomando mate con el presidente de la República intercediendo a favor de los carperos, recordé que los empresarios le habían reclamado algo parecido.

“Señor presidente... úsenos, no para cogobernar, solo como consultores... nosotros también tomamos mate de madrugada”, se había ofrecido Felippo en nombre de todo su gremio.

E insistió: “Presidente, no sé si Ud. se está dando cuenta de que puede formar parte de la historia como un grande... tiene la única posibilidad de disfrutar el resto de su vida viviendo como expresidente exitoso, a quien invitarán de todo el mundo a contar su experiencia de éxito, a Ud. que le gusta viajar, qué mejor que este futuro”. Y agregó: “Se lo decimos con sinceridad y con el buen egoísmo de poder contar en el futuro con un expresidente del que estemos orgullosos... Tenemos tantas ganas y necesidad... de poder referirnos a un presidente que tuvo una actuación exitosa y pro-País, Ud. tiene la oportunidad de ser la figura histórica que completó el ya demasiado largo proceso de transición, y consolidó la democracia y ser el que arrancó con el cambio...” ¡Y zas!, ahí estaba la frase de la discordia.

Al presidente no quieren que le recuerden que está a punto de perder su gran oportunidad de pasar a la historia como el presidente del verdadero cambio.