22 may. 2025

El Clan de Otoniel inmovilizó vastas regiones del país

El asesinato del fiscal antidrogas Marcelo Pecci se produce cuando Colombia enfrenta el “paro armado” del Clan del Golfo.

Decenas de poblados desiertos, casi una decena de asesinatos y 187 vehículos incinerados. El ejército del narco en Colombia, que el Gobierno llegó a dar por vencido, desplegó su formidable fuerza en la recta final hacia las presidenciales.

La banda de Otoniel –responsable de entre un 30 y 60% de la cocaína que sale del país (equivalente a unas 700 toneladas)– se vengó de la reciente extradición de su jefe a Estados Unidos con un “paro armado” que inmovilizó por seis días una vasta zona del norte y noroeste del país, en las narices de la fuerza pública.

Algunas claves del fenómeno: Tras la captura de Otoniel en octubre, el presidente Iván Duque cantó victoria: Este es un “golpe que marca el final del Clan del Golfo”.

Pero la banda que se formó a partir de los remanentes de los paramilitares de ultraderecha demostró lo contrario. Pese a la movilización de 52.000 militares y policías, según el Gobierno, mató a ocho personas, cinco de ellas de la fuerza pública, y restringió el comercio, las clases y el transporte en 141 de los 1.100 municipios colombianos, según balances oficiales.

“El Estado no tiene muy claro qué hacer. Lo que muestra como éxitos en seguridad, incluso la misma extradición de Otoniel, no significa que en el terreno las cosas cambien”, dijo a la AFP Kyle Johnson, analista de la fundación Conflict Response.

Según Johnson, “en los últimos dos o tres años el Clan es el grupo (armado) que más se ha expandido en el territorio”.

La Fundación Paz y Reconciliación estima que la banda hace presencia en 241 municipios (31 más que el año pasado) y tiene un pie de fuerza de unos 3.200 integrantes, la mitad de ellos armados.

Durante “el paro armado” exhibió su fuerza en regiones que estaban relativamente a salvo de la violencia posterior al acuerdo de paz con la guerrilla FARC en 2016.

A punta de audios en WhatsApp y mensajes de Facebook, la banda que ahora comandan “Siopas” y “Chiquito Malo”, lugartenientes de Otoniel, intimidó con igual o más efectividad que con los fusiles.

Un periodista reveló que fue forzado a divulgar un panfleto del Clan desde la página de Facebook de su medio. Pero la amenaza no se quedó ahí.

Faltando días para la elección presidencial del 29 de mayo, el Clan del Golfo aterrizó en la campaña.


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