Los cardenales miembros de esta Comisión, creada por Benedicto XVI y confirmada por Francisco, eligieron al español, que ya formaba parte de este organismo, como presidente, informó en un comunicado la oficina de prensa de la Santa Sede.
El Vaticano explica que el presidente tiene el deber de convocar al menos dos veces al año a esta Comisión para examinar “los informes sobre los principales procesos de negocios y de estrategias generales” presentados por el Consejo de Superintendencia, el principal órgano de dirección del Banco Vaticano.
Esta Comisión también se ocupa de garantizar que se cumplan la disposiciones del estatuto del banco y de nombrar a los cinco miembros que forman el Consejo de Superintendencia, cuyo mandato dura 5 años.
El 15 de enero, el Papa había tomado la decisión de renovar esta comisión creada por su antecesor, a pesar de que Francisco había nombrado en junio otra comisión especial para estudiar la reforma del banco del Vaticano.
Benedicto XVI, en febrero de 2013, había renovado la comisión por un quinquenio, pero Francisco introdujo cambios entre sus miembros, a excepción del presidente del Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso, Jean-Louis Tauran, que seguirá formando parte de este organismo.
Los nuevos miembros son el nuevo secretario de Estado, Pietro Parolin; el arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, y el de Toronto, Thomas Christopher y Santos Abril, arcipreste de la Basílica de Santa María la Mayor, y miembros de varias congregaciones vaticanas, de quien ya se especuló en su momento que sería designado el futuro presidente de esta comisión.
Santos Abril nació en Alfambra, en Teruel (España), el 21 de setiembre de 1935 y en 1967 entró en el servicio diplomático de la Santa Sede, con cargos como secretario en la nunciatura de Pakistán y de Turquía y también se convirtió en responsable de la sección española de la Secretaría de Estado, lo que le permitió ser profesor de español de Juan Pablo II.
Ha sido nuncio en Bolivia, Camerún, Gabón, Guinea Ecuatorial, la República Federal de Yugoslavia y Argentina, enviado por Juan Pablo II.
Por otra parte, Francisco autorizó ayer la apertura al público de los suntuosos jardines de la residencia veraniega papal de Castel Gandolfo.
Con esa decisión el pontífice desea que el público pueda acceder “al arte esplendoroso y a la gloria de la naturaleza, que se han casado en ese lugar con un equilibrio admirable”, explicó en un comunicado el director de los Museos del Vaticano, Antonio Paolucci. AFP-EFE