–Durante su gestión en la función pública, ¿qué obras no se concretaron o continuaron a pesar de ser indispensables?
–A nivel de Asunción, uno de los proyectos que me hubiesen encantado ver en acción, pero que los procesos burocráticos para disponer de los recursos tardaron bastante, y tres años no fueron suficientes para implementar, es el proyecto de la Chacarita Alta.
En los primeros dos años del Gobierno actual (siendo ministro de Urbanismo, Vivienda y Hábitat, Dany Durand), tuvo muy poco avance y ya se hubiese hecho maravilla si continuaba con el mismo ritmo con que iniciamos el proyecto.
Esas fueron como mis principales frustraciones y reflexiones personales de cómo lograr –cuando a uno le toca servir en la Administración Pública– para que algunos procesos se sostengan y continúen, y que los cambios de Administración no sean sinónimo de retrocesos. Son preguntas con las que yo salí.
–¿Con el cambio de autoridad también se reflejó la falta de continuidad de los procesos en el barrio San Francisco?
–Mi otra gran frustración es el abandono del barrio San Francisco. Me parece un crimen desde todo punto de vista. Terminamos de mudar a todas las familias en julio del 2018, un mes antes del cambio de Gobierno. En el mes siguiente, el Estado paraguayo retiró del barrio todas sus oficinas y dejó solas a las familias.
Eso atentó contra el plan de sostenibilidad y de gestión social, ya no hubo más presencia de ninguna de las instituciones que llevaban políticas sociales en la zona.
Nosotros hicimos mucho énfasis en que la vivienda adecuada no soluciona todos los problemas, es apenas el cascarón. El gran desafío de San Francisco iba a ser en la etapa posmudanza. Ese abandono tan repentino fue lo más duro. Entiendo que el Ministerio de Urbanismo, con el nuevo ministro (Carlos Pereira), retomó ahora las actividades en el lugar y lo celebro.
Ojalá que se pueda recuperar el tiempo perdido y que los daños a la dinámica social no perduren porque un abandono de tanto tiempo puede dejar secuelas importantes, además de comprometer el proyecto.
Hay una megainfraestructura, que es donde tenía que asentarse una fábrica de mano de obra intensiva, que iba a generar hasta 300 puestos de empleos y está abandonado. Había créditos para emprendedores, programa para jóvenes.
–¿Piensa que la medida fue por oposición política?
–Eso pasa porque seguimos cometiendo el error de que asociamos los proyectos públicos a determinadas administraciones de Gobierno, el barrio San Francisco es proyecto de todos los paraguayos y debe generar un compromiso de administraciones sucesivas para que funcione y no desear simplemente que fracase porque fue en otra administración que se desarrolló.