“La cocaína que sale de los puertos de Ecuador va a todo el mundo, principalmente a Estados Unidos y Europa, pero también a Asia y Australia”, asegura a la AFP Chris Dalby, investigador del centro de estudios Insight Crime.
Sin grandes plantaciones de narcocultivos o laboratorios para el refinamiento de cocaína, por Ecuador se mueve la droga que se procesa en Colombia y Perú. Respectivamente, sus vecinos producen al año 1.400 y 400 toneladas, según estimativos de la ONU.
Proveedores y destinos. Ecuador “es un punto de salida natural para la cocaína colombiana”, agrega Dalby. Antes del acuerdo de paz y la desmovilización de las FARC, la guerrilla que por décadas ejerció el control de las zonas cocaleras y medió entre campesinos y narcotraficantes, las bandas ecuatorianas movían la droga “desde la frontera hasta varios puertos”, añade.
Pero los rebeldes disidentes que se mantuvieron en armas comenzaron a producir la droga ellos mismos “en el sur de Colombia” y pasarla por “río o por carretera a Ecuador”. Al tiempo que organizaciones ecuatorianas tejieron alianzas con poderosas familias que controlan los narcocultivos en Perú, según un estudio del Observatorio Colombiano de Crimen Organizado (OCCO).
EN PARAGUAY. De un tiempo a esta parte, y paralelamente al cambio de su rol en las redes y rutas internacionales del tráfico de drogas, en Ecuador la violencia se disparó y llegó al extremo de que en 2020 hubo los homicidios aumentaron y el sicariato alcanzó 764 muertes. Es cierto que los números ecuatorianos son bastante superiores a los nuestros, pero el proceso observable en ese país nos podría dar una idea de hacia dónde nos estamos dirigiendo. No es casual que el jefe de aduanas belga Kristian Vanderwaeren haya declarado recientemente que las 90 toneladas de la cocaína decomisadas en 2021 provenían de tres países: Panamá, Ecuador y Paraguay, según un comentario del doctor Jorge Rolón Luna. El caso paraguayo muestra algunas similitudes con Ecuador: el aumento de los homicidios y, entre estos, del sicariato. Es pertinente ir un poco atrás para entender mejor proceso: el país llegó a registrar 1.372 homicidios en 2002, para luego ir bajando sostenidamente, con leves repuntes en 2008, 2015, 2016 y 2019. En ese periodo de 20 años la tendencia fue a la baja, registrándose descensos en quince años y leves aumentos en cinco (volvió a subir de 481 en 2020 a 525 en 2021). Como se ve, cuatro de estos aumentos se dieron en los últimos siete años, mostrándonos una tendencia clara al aumento de los homicidios, luego de tres lustros de descenso casi ininterrumpido, escribió el profesional.
alianza. En alianza con los disidentes de las FARC, la guerrilla del ELN o con el Clan del Golfo, la mayor banda narco de Colombia, los europeos organizan el transporte de la droga hasta Ecuador, donde está la percepción de que los controles de las autoridades son más flexibles.
Se trata de una “fragmentación” del negocio entre diversos compradores y vendedores, dice Mathew Charles, autor de la investigación del OCCO. Antes, el monopolio de los negocios en Colombia lo tenía la temida ‘Ndrangheta’ de Italia.
En suelo ecuatoriano bandas locales como los Chone Killers, los Choneros, las Águilas, los Latin Kings o Los Lobos entran en la cadena. En su afán por quedarse con el dominio de contactos y rutas, se enfrentan a bala en calles y prisiones, especialmente en Guayaquil. Cada uno de los 12 pabellones de la cárcel Guayas 1, su principal complejo penitenciario, pertenece a una banda diferente.
“Santuarios” y técnicas. La batalla en las cárceles, convertidas en centros de operaciones del narco, dejan cerca de 400 muertos desde febrero de 2021. “Las bandas locales también informaron al OCCO que los mexicanos han utilizado con frecuencia la entrega de armas, en lugar de dinero en efectivo como pago por sus servicios. Esto ha aumentado su capacidad violenta y ha hecho más sangrientas sus rivalidades”, señala la investigación.
Los puertos y ciudades cercanos al Pacífico atraen a la mafia. De sur a norte, sus tentáculos llegan a localidades como Guayaquil, Salinas, Manta, Puerto Bolívar, Esmeraldas (cerca a la frontera con Colombia) y Chone, génesis de Los Choneros.
Si bien en ambos países el negocio de la cocaína no es nuevo, sí mutó la importancia y el lugar que ocupa el mismo: Paraguay y Ecuador han dejado de ser países de mero tránsito. Hay evidencia de que son países de almacenamiento, distribución, exportación incluso extracontinental, pero mientras en Ecuador ya se han desmantelado decenas de laboratorios, en Paraguay tal vez se dé algún tipo de procesamiento, dijo Rolón Luna.