La saturación en el sistema de drenajes provocó la noche del pasado jueves el hundimiento que se llevó unas cinco humildes viviendas y a tres de sus habitantes, según la Empresa Municipal del Agua (Empagua).
Los cadáveres de los hermanos Irma Yolanda y David Soyos, de 18 y 16 años de edad, fueron localizados el viernes por los cuerpos de socorro en las orillas de un río de aguas negras, al final de un barranco cercano al lugar del hundimiento.
Su padre, Domingo, de 54 años, continúa desaparecido.
Los habitantes del barrio “San Antonio” vivían atemorizados por las pandillas “maras” y el narcotráfico que pululan en ese sector del norte de la ciudad y por las noches se atrincheraban en sus casas para evitar ser víctimas de estos grupos.
Ahora tienen el temor de perder sus viviendas y pertenencias por la pesadilla que les sorprendió el jueves, cuando se abrió un agujero de por lo menos 40 metros de diámetro y 150 metros de profundidad.
Desde las alturas, el hundimiento se asemeja al cráter de un volcán, por el que se ve cómo corre un río de aguas negras.
Según el portavoz del ejército, coronel Daniel Domínguez, los habitantes de unas 300 residencias de los alrededores del hundimiento fueron evacuados a unos cinco albergues habilitados por las autoridades, aunque muchos buscaron el apoyo de familiares.
La zona ha sido declarada “inhabitable” y de “alto riesgo” por la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), mientras agentes de la Policía y del Ejército vigilan el área para evitar el pillaje.
Unas 200 viviendas corren el riesgo de caerse por los daños que han sufrido por los movimientos de tierra que ocasionaron el repentino hundimiento, que cambió la geografía de ese popular barrio, ubicado en la salida de la carretera al Atlántico.
El ministerio de Comunicaciones y Obras Públicas ha responsabilizado a la Municipalidad por este desastre, al considerar que no atendió a tiempo el llamado de alerta que hicieron los vecinos desde el año pasado.
Sin embargo, el alcalde metropolitano, Alvaro Arzú, comentó a periodistas que el lugar es geográficamente inestable, porque está conformado en su mayoría por rellenos.
El hundimiento ha puesto en alerta a todas las autoridades, que, según Arzú, van a tener que replantear los pasos a desnivel que construyeron en las cercanías.
El jefe municipal asegura que el estancada que provocó el colapso del agua ha comenzado a circular y que en las próximos días serán reparados los sistemas de drenaje.
La portavoz del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), ubicado a unos 300 metros del hundimiento, Isabel Arévalo, dijo a periodistas que varios pacientes han sido trasladados a otro hospital como medida de precaución y con el fin de atender cualquier emergencia que pueda registrase.
El Hospital General San Juan de Dios, uno de los principales de la capital, ha sido declarado en “alerta amarilla” (prevención) mientras dure la emergencia en el barrio “San Antonio”.
Un millar de personas trabaja para darle una solución a la crisis en esta zona, que permanecerá bajo control policial por al menos 60 días. EFE