08 ago. 2025

Dos filmes que dejaron huella

Foto UH Edicion Impresa

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La consagración de Fellini como auténtica promesa del cine llegó a sus 34 años, en el año 1954, cuando obtuvo el premio Oscar a la Mejor Película Extranjera con La Strada (foto).

Se trata de una cinta que ideó tras ver a una pareja de míseros artistas ambulantes arrastrando un carro por la calle. Es la historia de Gelsomina, una enternecedora muchacha vendida y sometida a la violencia de un artista de la calle (Anthony Quinn). Es el germen del mundo de Fellini, en el que la bondad se conjuga a la perfección con lo grotesco y lo cruel.

A La Strada le siguió su obra más recordada y que da nombre a toda una era de Roma, La dolce vita (1960), un viaje frenético por su noche, entre sus ruinas vetustas y sus rincones más recónditos, como queriendo buscar su alma.

Ahí es donde se da una de las escenas más famosas de la historia del cine, el baño en la Fontana di Trevi de los protagonistas, Marcello Mastroianni y la sensual Anita Ekberg, imbuidos en un cortejo hipnótico. EFE