Es más, el acusado Guachiré dijo incluso que le habían pedido 50.000 dólares para el juez Zárate y otros 50.000 dólares para Capurro para conceder la prescripción, aunque aclaró que no le constaba que ellos habían sido los que solicitaron el dinero. También que se comunicó con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Los jueces Juan Carlos Zárate, Héctor Capurro y María Fernanda García de Zúñiga habían rechazado una apelación contra la fijación del juicio oral, porque debía ser un recurso de reposición.
Además, habían pospuesto el juicio oral porque la defensa de Guachiré recurrió la confirmación del Tribunal de Sentencia, que se presentó 10 minutos antes de iniciarse la audiencia.
Sin embargo, luego, en menos de 20 minutos de la presentación, ya llegó el rechazo de la apelación, por lo que el juicio oral debía seguir inmediatamente.
Ante esto es que el procesado Camilo Soares recusó al pleno del Tribunal de Sentencia, mientras que Alfredo Guachiré recusó a Juan Carlos Zárate y a Héctor Capurro, por lo que nuevamente se suspendió el juicio oral.
ARGUMENTOS. Soares indicó que a tambor batiente quería llevar adelante el juicio durante la emergencia sanitaria, supuestamente para congraciarse con la prensa.
Citó luego los derechos procesales de la Carta Magna, y señaló que los jueces prevaricaron cuando rechazaron la prescripción de la causa.
Señaló que la intención del tribunal era ascender o quedar bien con la prensa. Acotó que el caso no era de urgencia impostergable para resolver así las cuestiones, ya que ellos mismos dicen que va a prescribir recién en el 2024.
Además, apuntó que ellos, cuando se había apelado en diciembre la fijación del juicio, se corrió traslado y esta vez no. Indicó que le obligaban a recusar porque había indefensión.
Por su parte, Guachiré recusó a Zárate y Capurro. Señaló que se comunicó con la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Aclaró que no fue una denuncia sino poner a su conocimiento la situación, y adelantó que ellos le dijeron que iban a enviar un observador.
Habló de que un abogado le solicitó los 50 mil dólares para Zárate y 50 mil dólares para Capurro, aunque no podía probar que ellos habían requerido el dinero.
Incluso, señaló que había odio, resentimiento, parcialidad y falta de independencia, por lo que solicitaba que se apartaran de la causa.