El número uno mundial y nueve veces ganador del torneo australiano fue visto calentando en un gimnasio con su entrenador Goran Ivanisevic antes de dirigirse a la zona de los jugadores.
A pesar de haber estado varios días encerrado en un centro de detención de migrantes, Djokovic aseguró que su intención era disputar el Open: “Vine aquí para jugar en uno de los torneos más importantes que tenemos frente a aficionados maravillosos”, manifestó el jugador serbio, que no está vacunado contra el Covid-19.
Pero todo está en manos del ministro de Inmigración australiano, que sopesa cancelar nuevamente su visado, según admitió un portavoz del ministerio.
Un nuevo elemento puede fragilizar la posición del serbio, que contrariamente a lo que declaró en un documento de viaje, viajó de Serbia a España a finales de diciembre, como lo demuestra diferentes publicaciones y mensajes en las redes sociales.