El reconocimiento otorgado por el Centro Cultural de la República El Cabildo (CCR), dependiente del Congreso de la Nación, recayó este año en Margarita Miró Ibars (literatura), Luz María Bobadilla (música), Maribeth Brizuela (danza), Erenia López (teatro) y Osvaldo Pitoé (artes visuales).
El emotivo y reflexivo acto reconoció a la nueva nómina de maestros y maestras del arte como figuras fundamentales de la cultura paraguaya, cuya labor dejó huellas en la formación artística, transmisión de saberes y construcción de idiosincracia cultural.
El director general de El Cabildo, Aníbal Saucedo, ratificó el compromiso y la responsabilidad del Congreso Nacional para con la cultura paraguaya, luego de más de veinte años de reconocimiento ininterrumpido a los forjadores de la nuestra identidad nacional.
Durante la ceremonia, la ministra de cultura, Adriana Ortiz Semidei, destacó que este reconocimiento público del Estado honra no solo al arte, sino también a la diversidad cultural y al conocimiento como patrimonio vivo del pueblo paraguayo.
Señaló que los gestores y cultores de la cultura son “hijos de la patria”, porque eligen perpetuar sentidos, tradiciones y valores que fortalecen la identidad nacional.
Asimismo, resaltó el compromiso de figuras como Margarita Miró, referente de la literatura, historia, y gestión cultural, así como el legado inspirador de Luz María Bobadilla y Maribeth Brizuela, recordando el impacto personal y rol en la formación de nuevas generaciones.
También, valoró la trayectoria de Erenia López, figura clave del teatro paraguayo, y destacó especialmente a Osvaldo Pitoé, representante del pueblo Nivaclé, cuyo trabajo pictórico expresa la resistencia, la identidad y la lucha por la preservación de la lengua y la cultura de su comunidad.
Los galardonados. ”Recibir esta distinción es un honor profundo que me llena de gratitud y gozo”, dijo Luz María Boadilla (música).
“La música ha sido para mí mucho más que una profesión, ha sido mi lenguaje con el mundo, el medio a través del cual he visto crecer a muchos desde la docencia, y también el camino por el que llevé a Paraguay a cientos de escenarios en todo el mundo”, agregó.
En representación de la danza, la maestra María Elizabeth (Maribeth) Brizuela expresó su gratitud por un reconocimiento que definió como profundamente significativo.
Además, agradeció a Dios, a su familia y a quienes la acompañaron a lo largo de su recorrido artístico, destacando de manera especial a sus padres y a su primera maestra, Gilda Ruiz de Segovia, presente en el acto.
Brizuela afirmó que el premio no es solo personal, sino una valoración al arte nacional y un impulso para seguir trabajando con compromiso y responsabilidad desde la danza.
Por su parte, desde el teatro, la maestra Erenia López ofreció una reflexión profunda sobre el arte como herramienta esencial de formación humana, social y cultural.
Señaló la importancia de que el Estado garantice los medios para una educación artística inclusiva y sostuvo que el arte es inherente al ser humano, una forma natural de expresión que debe ser acompañada desde la familia, la escuela y la sociedad.
Dijo que en este momento histórico marcado por estímulos que alejan de la reflexión, definió al arte como un “muro de contención para que la humanidad exista”.
López también advirtió sobre la reducción del arte en el ámbito educativo a meras celebraciones escolares y reivindicó su valor como espacio de desarrollo del pensamiento crítico, la creatividad y la libre expresión.
En un momento especialmente emotivo, compartió un poema de Facundo Cabral, con el que evocó la figura del maestro y del artista comprometido con la libertad, la justicia y la coherencia entre el decir y el hacer.
Por otra parte, Margarita Miró reflexionó sobre la responsabilidad que implica recibir este reconocimiento y sobre las múltiples formas de enseñar a lo largo de la vida.
Recordó sus raíces familiares de migrantes catalanes y destacó la importancia del guaraní como vía fundamental para comprender la cultura paraguaya en profundidad.
Miró agradeció a su familia por el acompañamiento constante y compartió su visión del arte como una herramienta capaz de llegar al alma, ya sea a través de la música, la palabra, la danza o el teatro.
Reivindicó la escritura como registro sensible de la experiencia humana y llamó a seguir construyendo, desde el arte, puentes hacia la paz y una sociedad más humana.
La celebración culminó con un cierre artístico a cargo de la Orquesta Sinfónica del Congreso Nacional.
