Pero, por ahora, las autoridades descartan esta posibilidad, principalmente tras oír la preocupación de la comunidad educativa.
Educadores de la comunidad educativa de Kunumi Arete y de la bioescuela popular El Cántaro, ubicadas a 30 kilómetros de Asunción, en Areguá, comparten sus experiencias con las que buscan maneras diferentes de encarar la formación de niños y niñas.
Además, indican que es muy delicado hablar de regresar a la escuela en estas condiciones por la pandemia del Covid-19.
Todos los establecimientos educacionales permanecen cerrados desde el pasado 11 de marzo y solo se dieron 11 clases presenciales desde entonces y todo se establece desde la distancia.
“Hay que tener en cuenta que la distancia social y el uso del tapabocas no son prácticas muy factibles para los niños y las niñas, que necesitan de contacto físico y juego”, comentan a este diario.
Los educadores expresan que tampoco son partidarios de un regreso a clases bajo formas donde niños, niñas y adolescentes quedan encerrados en cubículos, donde el enfoque es el aprendizaje de contenidos únicamente.
Contexto. Noelia Buttice y Gustavo Díaz explican que hay dos situaciones en particular que preocupan a la hora de hablar de la escuela en estos tiempos: La fragilidad del sistema de salud para dar respuesta a una situación que pudiera desbordarse en cualquier momento. Por otro lado, porque las características de las familias son muy diferentes y cada una debería preguntarse qué riesgos quiere o puede asumir. “En todo caso un eventual regreso a clases debería ser una decisión voluntaria”, dicen los profesores.
Como alternativas al regreso a clases, apuntan que el Estado debe plantear políticas públicas que tengan a los niños y niñas como sujetos de derecho, aspecto que no se ha tenido antes ni durante esta pandemia.
“Que se habiliten espacios públicos con propuestas creativas y de juego, como es el caso del Tríptico de la Infancia, en Rosario, Argentina, o propuestas de lectura pública, con bibliotecas callejeras al alcance de todos, siempre respetando todas las medidas sanitarias”, sostienen.
Además, fortalecer radios comunitarias y el canal público con propuestas artísticas de calidad dirigidas a la infancia. A estas propuestas debe sumarse el acceso a internet en los barrios. “Son pendientes que enriquecen el aprendizaje y que muestran que la escuela no es el único lugar para aprender”, explican.
TIEMPO. Cuando se retorne a las aulas, sea en el presente curso lectivo o el siguiente, Buttice y Díaz piden darles tiempo a los estudiantes para la socialización, que es uno de los aspectos insustituibles que sí tiene la escuela.
“Los niños y las niñas necesitarán tiempo y acompañamiento para poder contar, elaborar las experiencias vividas durante el confinamiento (no olvidemos cómo han aumentado casos de abuso infantil y violencia intrafamiliar, y el empobrecimiento de las familias)”, relatan.
MEC: Aún no se tiene fecha para el regreso
En contacto con la 970 AM, el viceministro de Educación Básica, Robert Cano, aseguró que no habrá un retorno a clases este año y que se mantendrá la decisión del Ejecutivo de no ir a las escuelas hasta fin de año. No obstante, el protocolo de retorno seguro elaborado por su dependencia y otras direcciones continúa vigente. Algunos puntos relevantes de este protocolo es que, en caso de darse, será de manera voluntaria para los padres que deseen enviar a sus hijos o hijas a las instituciones educativas. Habla incluso de readecuar las instituciones educativas con elementos de bioseguridad. Propone utilizar espacios abiertos como galerías, canchas o patios para evitar las aglomeraciones, así como también enviar en pequeños grupos de un máximo de 15 alumnos por sala de clase de manera presencial.