“Sin bosques no hay vida. Lo primero que se resiente es el microclima del lugar y esto influye en el clima general, anual medio. Las temperaturas suben 2 ó 3 grados”, explica la bióloga Lucy Aquino, para quien la situación en Paraguay cambió en parte desde la Ley de Deforestación Cero, de diciembre de 2004.
Esta modificación tiene que ver con las costumbres inherentes a la tala de los árboles. Hoy ya no se corta totalmente la madera ni se hace rozado para la agricultura, dice Aquino.
La reforestación es una necesidad imperiosa, insiste la representante de la organización WWF, que junto con el Servicio Nacional Forestal, apoya a tres viveros gestionados por campesinos. “Hasta el jaborái más ignorado contribuye a respirar mejor”, hace hincapié Aquino, para quien es esencial recomponer lo que hemos perdido.
Los avances. El Bosque Atlántico del Alto Paraná, una ecorregión valorada en el mundo, está protegida por la Ley 2.524/4, conocida como de Deforestación Cero, a fin de que el sitio cumpla con sus funciones ambientales, sociales y económicas, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los habitantes del país.
La norma redujo un 85% el rango de deforestación en la Región Oriental, a decir de WWF.
Paraguay registró hasta el 2004 el mayor índice de deforestación en América y el segundo en todo el mundo.
Los cultivos serán afectados
El impacto en la productividad de los cultivos como la producción de soja también se tendrá en el campo.
“Podrán verse afectados porque los ciclos de lluvia no coincidirán con los de floración o aparición de los granos, lo mismo para la ganadería, y son factores que ya están empezando a impactar antes de lo que se esperaba”, indicó el Ing. Ángel Parra.
Sin embargo, esto no será un “cataclismo grande”, sino que se dará de manera gradual. En las zonas ribereñas se deberá pensar en construcciones especiales en las viviendas preparadas para las inundaciones. En la zona chaqueña se debe pensar en la construcción de grandes reservas de agua.
“Ya tenemos que pensar en adaptarnos a los cambios que pensar en mitigar porque lastimosamente las emisiones ya están produciendo un impacto tan grande y rápido que ya se vivirá en un planeta más inestable con la aparición de eventos extremos como tormentas, inundaciones, sequías y la desaparición de las especies”, adelantó.
Los desplazamientos humanos serán obligatorios ya que las zonas costeras van a desaparecer.