“Su objetivo último era difundir su religión a cualquier precio”, declaró Aroup Chatterjee, un doctor bengalí, que publicó en 2003 un libro en el que critica a la religiosa.
“Convertir a un moribundo, que está inconsciente, es un comportamiento de una gran bajeza, es especialmente repugnante”, dijo, y señaló que la madre Teresa lo reproducía “a escala industrial”.
Uno de los principales detractores de la religiosa, el periodista de origen británico Christopher Hitchens sostenía que ella agravaba los sufrimientos de los pobres por su oposición inflexible a la contracepción y al aborto.
Muchos antiguos voluntarios han asegurado que en estos centros de acogida se glorificaba el sufrimiento y la pobreza. También han sido acusados de no distribuir cuidados mínimos, pese a los millones de dólares recibidos en donaciones. También dicen haber visto a las religiosas lavar jeringas en agua de canilla para volver a usarlas.