Alicia en el país de las maravillas y Blancanieves son las primeras entregas de la propuesta que es ideal para entretener a los pequeños de la casa. Cada libro cuenta con 16 páginas a todo color, e incluye actividades de compresión lectora y títeres de los personajes para armar.
Los siguientes títulos son Caperucita Roja, La bella y la bestia, Los tres cerditos, La cenicienta, El patito feo, Pinocho, entre otros.
GRAN VALOR. Acerca de la importancia del cuento en la vida de los pequeños, Laura Ferreira, narradora oral de cuentos y licenciada en Ciencias de la Educación, explica que el cuento permite ahuyentar los miedos del niño. “El cuento lleva a entender el mundo, a conocer las emociones, a creer que –como esos personajes– al miedo se lo enfrenta y se lo puede superar, abriendo los ojos, encendiendo la luz”, refiere.
En los cuentos, principalmente tradicionales, el pequeño se adentra en historias de abandonos, brujas, encantamientos y muerte. “Estos temas permiten al niño entender la vida. Sin entrar en simples moralejas, la historia, la literatura en sí misma habla de la vida, de la muerte, de las ausencias. Muestra el camino de cómo adentrarte en el bosque oscuro y salir de él”, añade.
VALORES. Ferreira, quien tiene vasta trayectoria en el ámbito de contar cuentos, señala que Ana Cristina Herreros, escritora y narradora oral española, dice que los cuentos tradicionales enseñan el valor de restar, de perder, de recoger lo inútil, de despojarse, de detenerse.
“Y así nos enseñan que cuando alguien suma es porque otro resta, que no hay mayor ganancia que perder que perderse, que no hay mayor tesoro que encontrarle valor a lo inútil, que lo único que tienes es aquello que das”, explica.
Para Ferreira, acompañar a los niños en la hora del cuento es aprovechar el momento para hablar de la realidad a partir de esa fantasía. “Es una de las mejores terapias. Un niño que crece con cuentos será un adulto con herramientas para salir de los bosques oscuros de la existencia, hacia el sol resplandeciente de la creación”, finaliza.