Durante casi tres años, Guimarães, de 42 años, apareció una y otra vez en ceremonias y viajes junto al presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, interpretando sus palabras para la audiencia sorda.
Fue un “servicio democrático: llevé el debate político a la comunidad sorda”, asegura el intérprete en el salón de su casa en Aguas Claras, ciudad a media hora del palacio presidencial de Planalto, en Brasilia.
El 1 de enero de 2019, Bolsonaro rompió el protocolo durante su ceremonia de asunción y cedió el protagonismo a la primera dama, Michelle, quien pronunció un mensaje en el lenguaje de señas, que domina y promueve. Desde entonces, el ejecutivo adoptó esa marca en todos los discursos y Bolsonaro siempre ubicó a un intérprete para sordos a su lado, inclusive durante sus informales transmisiones en redes sociales. Guimarães ganó popularidad tras convertirse a mediados del 2019 en uno de los intérpretes titulares. AFP