19 feb. 2025

Desarrollo sostenible vs. Estructuras de poder

En la teoría y en la práctica de nuestras sociedades existen varios sistemas jurídico-institucionales así como económico-financieros, sociales y ambientales a ser tenidos en cuenta porque ejercen gran influencia en las estrategias y en las políticas públicas y privadas. El resultado es una mezcla desconcertante de sistemas contemporáneos con residuos de sistemas perimidos, también en América Latina y el Caribe. Se articulan así combinaciones de épocas precapitalistas y de capitalismo rudimentario con diversas manifestaciones de socialismo y comunismo en sus versiones actuales.

MEZCLA DIFUSA. Vemos con frecuencia que en pleno siglo XX, en cada una de nuestras sociedades latinoamericanas, tuvieron lugar simultáneamente restos arcaicos de economía de auto-subsistencia, de social-democracia y de social-liberalismo à la europea en medio de un variopinto de populismos y capitalismos (tales como el premercantil, el competitivo, el monopólico, público y privado, en formas heterogéneas).

Todo esto inserto en diversos modos de producción y estilos de vida. Esta manifestación contemporánea de desarrollo, cualquiera fuese su naturaleza, versus estructuras de poder suele sucumbir ante impunidad omnipresente y corrupción desaforada así como ante expresiones voraces de creptocracia e ineptocracia y nepotismo, empeoradas últimamente por crimen organizado, narcotráfico y giros ilegales al exterior, financiando el terrorismo internacional.

Hay que someterlas a control riguroso, dados los estragos que causan en nuestra formación económica, social y ambiental. En el interregno de estas deformaciones estructurales, surgieron también nuevas normas, tales como las del Gafilat, vigentes ya en Paraguay, con las que se pretende poner cierto orden en dichas anomalías.

DEFORMACIÓN ESTRUCTURAL. Estas formas mixtas de producción, distribución y comercialización en diversas formaciones sociales de edades históricas diferentes conviven con estructuras de poder locales, regionales y mundiales, tanto en términos clandestinos como formales e ilegales. Influyen decisivamente en la puesta en práctica de políticas públicas y privadas hacia el desarrollo sostenible, aún en el que caso de que dichos fenómenos hayan sido el resultado de un consenso amplio entre representantes del sector privado, del sector público y de la sociedad civil (el “tercer sector”, en sus diversas formas previstas en nuestro Código Civil).

Además, en las sociedades modernas de los países industriales de economía de mercado y en las de los países emergentes suelen encontrarse en las estructuras de poder así como en las políticas públicas y privadas expresiones concretas de corrientes de pensamiento que han venido gestándose durante décadas. Ejemplos son el “Consenso de Washington”, la “Economía Social de Mercado” y sus derivaciones modernas. Ellas son combinaciones de diversas dosis, frecuencias e intensidades entre la “Economía Libre de Mercado” y la “Economía de Planificación Central”.

De allí la importancia de que se las vaya distinguiendo conceptualmente, analizándolas en sus formas puras y prácticas, para así entender mejor su naturaleza y sus repercusiones en el desarrollo espontáneo y en las políticas públicas y privadas.

DESAFÍOS. Dada su relevancia, hay que definir bien lo que debe entenderse por “Economía Social de Mercado”, cuya cuna y zona de experimentación es la Unión Europea desde mediados del siglo XX, versus el “Consenso de Washington” a partir de 1989, cuyo origen y campo de experimentación han sido las Américas a fines del siglo pasado, ante la “Economía de mercado con responsabilidad social y ambiental” hoy en día.

La disección de estos conceptos hará necesario un estudio de lo que fue la “Economía Libre de Mercado” en los EEUU y la “Economía de Planificación Central” en los países comunistas de otras latitudes. Esta última fue puesta en práctica por la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas URSS desde 1922 y posteriormente por Alemania Oriental desde 1949 hasta la caída del muro de Berlín, en noviembre de 1989.

En tiempos actuales y más allá de los modelos de desarrollo a implementar, dominan la agenda mundial Putin y su invasión a Ucrania desde febrero de 2022, con peligros de conflagración nuclear y la autocracia expansiva de Xi Jin Ping desde la China continental.

(continuará)