Desde su ingreso al Ministerio Público como fiscal del crimen en la década del 90 hasta su ascenso a vicepresidente de la República, Hugo Velázquez Moreno pasó la mayor parte de su vida pública esquivando denuncias de corrupción.
Nacido en Itacurubí del Rosario, San Pedro, el 3 de setiembre de 1967, Velázquez inició su militancia política en 1986, cuando se afilió a la ANR. Fue presidente del centro de estudiantes de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción y en 1998 llegó a ser presidente de la seccional 350/2 de Lambaré.
En la función pública, tuvo tres cargos: asesor jurídico de la Itaipú Binacional, fiscal del crimen y fiscal adjunto. Accedió a este último cargo durante 2003 y en poco tiempo se ubicó en el primer anillo del fiscal general del Estado, Óscar Germán Latorre. Como fiscal adjunto, fue asignado a Alto Paraná, donde comenzó a amasar poder y acusaciones de corrupción.
EN EL ESTE. Como jefe de todos los fiscales de Alto Paraná, Velázquez armó un equipo propio con los entonces fiscales Basilisa Vázquez y Nelson Ruiz y el superintendente fiscal Juan Carlos Duarte. Este último ahora es asesor jurídico de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY) y es considerado hombre de mucha confianza del vicepresidente.
No pasó demasiado tiempo para que empiecen a saltar denuncias contra Velázquez y los fiscales a su cargo. El Colegio de Abogados del Alto Paraná denunció varios casos de extorsión a comerciantes por parte de fiscales liderados por el fiscal adjunto.
Los abogados cuestionaban que, a pesar de que no existía denuncia alguna de la Subsecretaría de Estado de Tributación o Hacienda, en aquella época la Fiscalía allanaba “de oficio” empresas de Ciudad del Este, por supuestos casos de megaevasión que luego quedaban en la nada.
Cuando Velázquez salió del cargo, los abogados del gremio presentaron una lista de causas en las cuales se hicieron procedimientos exclusivamente con fines extorsivos y que quedaron inconclusas. Incluso él y Latorre fueron declarados personas “non grata” en CDE por distintos gremios de abogados.
Posteriormente, Velázquez fue trasladado al Chaco, donde nuevamente enfrentó denuncias similares, hasta que renunció a la Fiscalía para dedicarse de lleno a la política.
PROGRESO. Cuando aún era fiscal adjunto, Velázquez era conocido por ser cercano a Nicanor Duarte Frutos y pudo mostrar su destreza política al operar en la Cámara de Diputados para desactivar un intento de juicio político a Óscar Germán Latorre por el caso de Juan Arrom y Anuncio Martí.
En el 2008 fue electo diputado por Central, y a partir de ahí fue ganando cada vez más poder dentro del partido. De igual manera, mantiene gran influencia dentro del Ministerio Público, ya que su actual esposa es la fiscala adjunta Lourdes Samaniego.
En 2016 la pareja fue denunciada por enriquecimiento ilícito y tráfico de influencias por la Coordinadora de Abogados del Paraguay, por el crecimiento exponencial de su patrimonio.
El mismo año, Velázquez apareció en una fotografía en un yate en Líbano con el empresario Walid Amine Sweid, investigado por Estados Unidos por lavado de dinero en la Triple Frontera y el supuesto financiamiento de grupos terroristas. A su lado estaba, entre otros, Juan Carlos Duarte y el actual ministro de Justicia, Julio Javier Ríos.