Los asaltantes Ignacio Barreto y Lorenzo Benítez Sosa llegaron al local a las 7.16, aproximadamente, y se acercaron hasta la víctima, Gaspar Chamorro, a quien consultaron la cotización de las monedas. Luego de manipular sus mochilas, los ladrones desenfundaron sus armas de fuego y le ordenaron al afectado a tirarse al piso.
Barreto y Benítez tardaron un minuto en llevarse la suma equivalente a 350 millones de guaraníes (entre dólares, pesos y guaraníes) y abandonaron la oficina con disparos de por medio. Uno de los empleados vio el hecho en las cámaras de circuito cerrado y salió a pedir ayuda.
heridos. En ese instante, se inició una balacera y posterior persecución, ya que el suboficial principal Marcial Rivas estaba cerca del local atracado. El uniformado fue herido de un balazo en la zona del pómulo derecho, lo que permitió la huida de los delincuentes. Sin embargo, dio aviso a sus pares sobre lo ocurrido.
En medio de la refriega, un transeúnte identificado como Feliciano Díaz (43) recibió una herida de bala en la zona del abdomen y fue trasladado al hospital, al igual que el agente. Tras la persecución, fue detenido Benítez, que tenía orden de captura por reducción y resistencia. El hombre arrojó 40 mil pesos en la calle y una joven de nombre Liz Martínez recuperó y devolvió el dinero. Benítez exhibió documentos falsos en donde aparecía con la identidad de Jorge Antonio Ayala Estigarribia.
El otro ladrón se dirigió hacia Aduanas, raptó a un taxista de nombre Miguel Amado Toñánez y, a punta de pistola, lo obligó a cruzar al lado argentino, en donde fue detenido por la Gendarmería con parte del botín: 50 mil pesos, recuperándose en total, al cambio de nuestra moneda, aproximadamente G. 32 millones, mientras que unos G. 320 millones desaparecieron.
Los agentes, luego de atrapar a Benítez, ubicaron un Toyota Corona blanco, abandonado a 5 km del lugar del asalto. En ese rodado aparentemente se movilizaron los delincuentes y estaba al mando de un tercer cómplice, que sería Justo Ramón Insfrán Gamarra (23), alias El Monchi, fugado de Tacumbú el año pasado con una cédula de visitante. Este abandonó a los asaltantes luego de la persecución. La Policía lo sindica como supuesto autor de un robo en Villa Hayes a una empresa, de donde se alzó con G. 19 millones. También se indaga sobre una chica rubia.
El auto es propiedad de Claudir Cassol (43), brasileño, con antecedentes por apropiación, estafa y lesión de confianza en 2013, según el jefe de investigaciones de Villa Hayes, comisario principal Víctor Rivas.