Este cambio parece favorecer al presidente ruso, Vladimir Putin, quien desde hace tiempo quiere negociar directamente un acuerdo integral y definitivo. Kiev y sus aliados europeos, por el contrario, lo ven como una forma de Moscú de ganar tiempo para ampliar sus conquistas territoriales.
Sin embargo, esta vía es “la mejor manera de poner fin a la terrible guerra entre Rusia y Ucrania”, escribió Trump en su red Truth Social. “Un simple acuerdo de alto el fuego (...) a menudo no se sostiene”, sostuvo, a pesar de haber amenazado a Moscú con “consecuencias muy graves” si no cesaba las hostilidades.
“La triste realidad es que Rusia no tiene intención de poner fin a esta guerra en un futuro próximo”, afirmó la jefa de política exterior de la Unión Europea, Kaja Kallas.
De regreso en Moscú, Putin dijo que la cumbre con Trump había sido “oportuna” y “muy útil”. “La conversación fue muy franca, sustantiva y, en mi opinión, nos acerca a las decisiones necesarias”, afirmó, según el Kremlin.
En declaraciones a la prensa en Alaska, Putin había advertido a Ucrania y a los países europeos que no se involucraran en “intrigas tras bambalinas” que pudieran interrumpir lo que llamó “progreso emergente”.
El foco diplomático está ahora puesto en el viaje de Zelenski a Washington.
Su última visita a la Casa Blanca en febrero terminó en una extraordinaria confrontación. Trump y su vicepresidente JD Vance reprendieron entonces públicamente a Zelenski, acusándolo de no mostrar suficiente gratitud por la ayuda de Estados Unidos contra la invasión rusa iniciada en febrero de 2022.
En una entrevista con Fox News, Trump sugirió que la responsabilidad ahora recae en Zelenski para asegurar un acuerdo de paz mientras trabajan hacia una eventual cumbre trilateral con el mandatario ruso.
“Realmente depende del presidente Zelenski”, dijo.
La cumbre de Alaska permitió a Putin un regreso espectacular a la escena diplomática, sin que se produjera el anuncio de una próxima reunión tripartita con la participación de Zelenski, una pausa en las hostilidades ni nuevas sanciones contra Rusia.
La reunión, que duró más de tres horas y fue “muy productiva” según Trump, desató el entusiasmo diplomático en Europa, principal parte afectada, pero notablemente ausente en Alaska.
En el avión de regreso a Washington, Trump habló primero con Zelenski y, posteriormente, se unieron el primer ministro británico, Keir Starmer; el presidente francés, Emmanuel Macron; el canciller alemán, Friedrich Merz; el secretario general de la OTAN, Mark Rutte; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y otros líderes europeos.
Macron advirtió sobre la “propensión” de Rusia a incumplir sus propios compromisos, mientras que Starmer afirmó que el camino hacia la paz en Ucrania no puede decidirse sin Zelenski.