En la noche del lunes se dio otro procedimiento en el caso de la desaparición de Dahiana Espinoza, donde se hallaron algunas evidencias.
El fiscal Joel Cazal encabezó un operativo en Itá, en la casa del padre de la joven, de quien no se sabe nada desde el 18 de setiembre del año pasado, y halló rastros de sangre en muebles y ropas que pertenecían a la desaparecida.
Los agentes de Criminalística que participaron del procedimiento realizaron una inspección de quimioluminiscencia con reactivo Bluestar, con lo que les fue posible hallar los rastros.
Los objetos que fueron analizados pertenecen a Dahiana y estaban en el inquilinato que compartía con su pareja, Joel Guzmán Amarilla, según manifestaron los intervinientes. Las muestras fueron llevadas al laboratorio forense de la Fiscalía para compararlas con la muestra de ADN de sus parientes más cercanos.
Amarilla es el principal sospechoso de la desaparición de la joven madre y se encuentra detenido e imputado por violencia intrafamiliar, ya que la misma lo había denunciado en varias ocasiones.
Una de las hipótesis que maneja el Ministerio Público es que Dahiana fue víctima de feminicidio y que su cuerpo fue enterrado en las inmediaciones del sitio donde residía.
Meses atrás, cuando se allanó su vivienda, ya habían encontrado rastros de sangre en el baño, que coincidió con las muestras tomadas de sus padres.