Los tantos casos de abusos de poder por parte de las autoridades del orden público, así como los controles irregulares y hechos delictivos en que se ven involucrados, hacen que la ciudadanía pierda la confianza hacia la Policía Nacional.
Detenciones arbitrarias en barreras y casos recientes de asaltos que tienen a policías como principales implicados son las manchas en filas de la Policía que generan una baja confianza de la ciudadanía. Es decir, lejos de dar una sensación de seguridad la intervención de la Policía en los barrios, más bien genera un cierto temor en las personas, totalmente contrario a la visión y función de brindar resguardo, protección y seguridad a la sociedad.
Desde esta perspectiva, ÚH reunió tres testimonios de personas que fueron víctimas de sobornos por parte de policías, tras ser retenidas de manera irregular.
PERSEGUIDO
Carlos Rodas reside en barrio Obrero de Asunción. El pasado 17 de abril, en horas de la noche, fue seguido por una patrullera de la Comisaría 21ª Metropolitana, tras realizar compras en un bodega ubicada sobre EEUU, entre 13ª y 14ª Proyectada.
El hombre relató que él se encontraba conduciendo un automóvil Toyota, acompañando a su sobrino a comprar más cervezas. “Yo estaba manejando, porque él (su sobrino) me pidió que le lleve hasta la bodega, ya que estaba tomando y quería comprar más. Justamente me dijo que le lleve porque los policías son ñaro (jodidos) y hace poco ya le habían atajado y quitado un 100.000”, explicó Rodas.
Al comprar las latas de cerveza, retornaron la avenida EEUU y a dos cuadras de la bodega, una patrullera les salió al cruce. “Estaban pescando por nosotros, vieron que compramos de la bodega y nos persiguieron. Pero como no estábamos en falta, nos quedamos tranquilos”, indicó. Sin embargo, denunció que los policías de igual manera intentaron de todas las formas sacarles un monto de dinero.
“Nos atajaron, nos pidieron nuestros documentos y después nos insistían que estábamos tomando. No querían saber nada ellos, nos amenazaban con llevarnos a la Fiscalía y con hacernos alcotest. Yo estaba seguro y les repetía que no tomé nada, que solo le acompañé a mi sobrino para que no maneje así. Después de mucho tiempo nos dejaron ir”, relató el hombre, quien afirmó que en todo momento los policías les amenazaban.
Jorge Enriquez, otra víctima, nos contó que su caso ocurrió el Jueves Santo, cuando volvía de la casa de su mamá en Lambaré y fue retenido por agentes de la Comisaría 8ª Metropolitana, por circular en horario restringido por decreto presidencial para mitigar la propagación del coronavirus. “Me retuvieron, me pidieron bajar del auto, me amenazaron y hasta que les tuve que entregar G. 250.000 para que me dejen ir”, explicó.
“Tenía un miedo, encima estaba con mis hijos y mi señora, ellos estaban temblando en el auto”, contó Enriquez.
El tercer caso tiene como protagonista a David López, un joven delivery de 21 años, que no tenía al día la habilitación de su moto. “Me retuvieron los de la 3ª Metropolitana, estaba llevando un pedido y me pidieron plata por no tener al día mi habilitación. Les tuve que dar mi último G. 50.000”, relató.
“En vez de cuidarnos, nos quitan plata a pobres trabajadores”, se quejó el delivery.
Recomiendan datos a tener en cuenta en un control policial
Ante la ola de inseguridad y las barreras policiales irregulares que se montan con fines criminales o abuso de poder en los controles, el departamento de Relaciones Públicas de la Policía Nacional establece para que una barrera de control policial sea valedera los ciudadanos deben fijarse en varios puntos esenciales, como lo siguiente:
En la barrera de control deben estar como mínimo presentes siete agentes policiales.
Cada operativo de control debe contar con una o más patrulleras (automóvil, camioneta, motocicleta).
Los efectivos deben estar equipados con cintas reflectivas, mangas, radio portátil, conos, chalecos antibalas, linternas y silbatos.
El uniformado puede solicitar la cédula de identidad o pasaporte en caso de ciudadanos extranjeros, licencia de conducir y documento del vehículo.
En caso de que el personal policial sospeche de algún objeto que se vincule a un hecho punible en el interior del vehículo, se podrá realizar la inspección del rodado en presencia del conductor, de acuerdo con el artículo 181 del Código Procesal Penal.
Los operativos pueden realizarse en horario diurno o nocturno y en lugares visibles.