Hoy meditamos en el evangelio según san Mateo 15:21-28.
El papa Francisco, a propósito del evangelio de hoy, dijo: “Es conmovedor el contemplar la escena que presenta este evangelio. Aunque más que la presentación de una escena, es el retrato de un corazón. Es como una pintura del corazón del Señor. Caminaba Cristo, se encontraba en el tiempo de su vida pública, visitaba gente, se movía de un pueblo a otro. En un traslado más en que su mente se hallaría en el Padre, en la misión, en las almas, llega una mujer que le interrumpe. Y él comienza a escucharla gritar.
Una persona que había sufrido, una persona que imploraba compasión, una que a muchos seguramente había molestado ya, era una mujer despreciada, pero no vencida: pues no descansaba y no descansaría hasta alcanzar la bendición de Dios para su hija a quien tanto amaba. Hasta tal punto llega el amor de una madre, hasta el punto de olvidar su propia imagen, olvidar el “qué dirán” con tan solo conseguir aquello que sus hijos necesitan y que sin duda llegaría más lejos si fuese necesario. Y, finalmente, una mujer así conmovió un corazón…
Qué sensibilidad de Cristo, que supo acoger los comentarios de sus apóstoles que, aún andando en pos de la misión, se quejaron por un alma que sufría. Y me impresiona su corazón, que comenzó por presentarse grande y digno de las súplicas de una mujer, pero que terminó por engrandecerla y encumbrar su fe hasta que incluso le otorgó su gracia.
¿Qué puedo aprender de este evangelio? Tengo tres modelos: tengo a los apóstoles, que aún no comprendían en qué consistía extender tu reino. Tengo a una mujer cuyo amor el mismo Cristo enalteció. Y tengo tu corazón, Señor, del que nunca alcanzaré a aprenderlo todo, pero el cual puedo imitar también el día de hoy.
“Cada uno de nosotros, de hecho, puede tener fe en ‘Cristo, Hijo de Dios, enviado por el Padre para salvarnos: sí, salvarnos de la enfermedad, el Señor ha hecho y nos ayuda a hacer muchas cosas buenas’; pero sobre todo hay que tener fe en que él ha venido para salvarnos de nuestros pecados, salvarnos y llevarnos al Padre”.
(Frases extractadas de http://es.catholic.net/op/articulos/5046/cat/337/cuando-parece-que-dios-desoye-las-plegarias.html#modal)