Por Benicio Martínez
En tres minutos, Olimpia dio vuelta un partido totalmente desfavorable a sus pretensiones. Probablemente ruborizado por las dos cachetadas que en pleno rostro le infligió el 12 de Octubre itaugüeño. Por lo demás, fue superado por la mayor astucia del técnico Mario Jacquet en lo estrictamente táctico. ¿También debemos sumar como un valor agregado al contexto general del partido los horrores arbitrales de Antonio Arias?
ZORRO VIEJO. Mario Jacquet distribuyó a sus hombres dentro de la cancha con línea de cuatro en el fondo y otros cuatro volantes en línea pero con llegada en ataque de los volantes por fuera. Renaut por derecha y Diego Martínez por izquierda. Derlis Soto, que jugó a un notable nivel, fue el enganche y Daniel Ferreira bien en punta. ¿Dónde radicó la optimización de los hombres según sus rasgos futbolísticos? Cuando ex profeso 12 de Octubre retrograda sus líneas lo deja venir a Olimpia y fabrica los espacios para la velocidad de Soto, la movilidad de Ferreira y la llegada de los volantes por fuera en función de ataque.
NO BAJÓ LA GUARDIA. Olimpia no se entregó pese a las dos estocadas que sufrió. Tuvo capacidad de rebelión y acorraló a un rival que jugó en demasía en su zona defensiva.
Alicio Solalinde finalmente optó por ponerlo en el arranque a Quintana como volante por derecha y Ortiz en el centro. Después se cambiaron en la complementaria y Solalinde tiene razón. De esta manera el mediocampo funciona mejor.
Las jugadas de pelota quieta le redituaron buenos dividendos. Los tres goles fueron producto de sendos tiros de esquina. La buena estrella de Alicio iluminó a Olimpia.