Cristóbal López (72 años) aseguró tras la muerte de Francisco en una entrevista con EFE no aspirar al cargo: “Hay un refrán que dice que ‘el que entra al cónclave como papa sale del cónclave como cardenal’. Que se hable de mí como candidato me gusta porque me garantiza que no lo voy a ser, porque no quiero serlo y no debo serlo, porque no estoy a la altura, no sería capaz y porque sería una responsabilidad que me desbordaría”, afirma. Cristóbal López trató con el Pontífice muy de cerca durante su visita a Marruecos en 2019.
Para el arzobispo español, el difunto Papa era “una persona muy querida”, a la que consideraba como “un padre, como un hermano mayor, como un amigo y, sobre todo, como un modelo y un ejemplo de pastor”, lamenta.
López ya anticipó que entre el funeral y el cónclave, todos los cardenales aprovecharían las reuniones para ir conociéndose y para “hablar de cómo vemos la Iglesia en este momento histórico actual, cómo vemos el mundo y qué tipo de Iglesia y características de la Iglesia deben ser acentuadas para responder a las necesidades del mundo en 2025 y los años venideros”.
PERFIL DE NUEVO PAPA. A raíz de ello –añadió– se decidiría qué retrato de papa pueda responder a estas necesidades. Nacido el 19 de mayo de 1952 en Vélez-Rubio en Almería, Cristóbal López Romero profesó como salesiano en 1968, fue ordenado sacerdote en Barcelona en 1979 y partió como misionero a Paraguay en 1984.
Allí pasaría 18 años, seis de ellos como provincial. Presidió la Conferencia de Religiosos del país y fundó la Asociación de Comunicadores Católicos, lo que le llevó a obtener la nacionalidad paraguaya.
Tras su paso por Paraguay, dirigió la comunidad salesiana de Kenitra (Marruecos), fue provincial en Bolivia. En diciembre de 2017, el papa Francisco lo eligió arzobispo de Rabat. El 5 de octubre de 2019 fue nombrado cardenal. EFE