La expansión económica del país durante los últimos años, junto con el crecimiento potencial (aquel en el cual se materializa el pleno empleo de los recursos productivos), evidencian una desaceleración y plantean un desafío de cara al futuro, según expertos que formaron parte de un debate realizado en la víspera en el Banco Central del Paraguay (BCP).
Al respecto, Humberto Colmán, miembro del Directorio de la banca matriz, expuso con base en las estadísticas oficiales que entre los años 2003 y 2014, la economía nacional creció a un promedio de 4,6% anual, pero que en la actualidad el ritmo de expansión del producto interno bruto (PIB) se redujo a 2,3% anual, desde el 2014 hasta el 2021.
Añadió que en cuanto al crecimiento potencial de la nación, el cual se considera como una medida de cuánto puede avanzar una economía de forma sostenida sin generar desequilibrios, Colmán señaló que hoy en día la tendencia en nuestro país es de una expansión en torno a 3,6% por año, número que también es inferior con relación a tiempos anteriores.
En ese sentido, apuntó que hay sectores dentro de la estructura de la economía paraguaya que están alcanzando sus techos de rendimiento y que se deben realizar esfuerzos en orden de mejorar la productividad en el país –indicador igualmente en caída durante los últimos años–, además de diversificar más las exportaciones de Paraguay, entre otros aspectos.
Complejo. Por otro lado, César Barreto, ex ministro de Hacienda, indicó que en años previos el país aprovechó ventajas relacionadas al sector agropecuario, como los elevados precios internacionales, pero que en la actualidad se vislumbra un panorama más complejo de cara al futuro, con valores que no apuntan a seguir altos en el largo plazo.
Manifestó que Paraguay está en un punto de inflexión, pero que para avanzar se debe tener en cuenta, entre otros puntos, que los niveles de la deuda pública se encuentran en sus topes prudenciales y que esta situación es una diferencia con relación a las épocas anteriores. Asimismo, ratificó que el indicador de productividad en nuestro país “claramente ha sido débil”.
A su vez, consideró como un aspecto vital la mejora del gasto y de los servicios públicos, poniendo énfasis en que actualmente existe un malgasto que genera una desconfianza de la ciudadanía. Respecto al PIB potencial, ubicó al mencionado cálculo en 3,5%, en un nivel similar al de las estimaciones del Banco Central, explicando que hay elementos que no ayudan a que la cifra sea mayor, como la baja tasa de ahorro y la menor potencialidad sobre la expansión de sectores puntuales.
Adicionalmente, destacó el tema del Anexo C del tratado de Itaipú, que debe revisarse con Brasil en el 2023, argumentando que una buena utilización de excedentes será muy importante para el crecimiento del Paraguay.
4,6% es el crecimiento anual en promedio obtenido por la economía paraguaya entre los años 2003 y 2014.
2,3% pasó a ser la expansión de la actividad económica desde 2014 en adelante, con una menor dinámica.
“Preservar la estabilidad macro”
Durante el tercer panel del Primer Congreso Paraguayo de Investigadores, Productores y Hacedores de Políticas Económicas, organizado por el Ministerio de Hacienda, con el apoyo de CAF–Banco de Desarrollo de América Latina, José Cantero, presidente del Banco Central del Paraguay (BCP), habló de mantener un consenso en torno a la estabilidad macroeconómica del país, así como de preservarla, ya que ella constituye un “escudo protector” ante choques externos.
En este contexto, el titular de la banca matriz refirió que es riesgoso llevar adelante leyes que puedan vulnerar la posición fiscal y que se debe apuntar hacia la cordura. “La estabilidad macroeconómica, que es muy rentable, fue posible gracias al compromiso férreo de la posición fiscal de converger hacia la regla fiscal, sumado las reservas internacionales, que se mantienen en los niveles previos a la pandemia, más un sistema bancario solvente, que presenta ratios de liquidez y dinamismo en los créditos y un mercado cambiario estable”, comentó.