La probabilidad de que un chico sufra miocarditis, o inflamación del músculo del corazón, luego de recibir la primera dosis anti-Covid es extremadamente menos frecuente que la posibilidad de padecer lo mismo o una afección más grave, luego de contraer el virus del SARS-CoV-2 sin haberse vacunado. Esto fue lo que explicó el Dr. Héctor Castro, director del Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI), en contacto con radio Monumental 1080 AM. Y refirió que en el debate científico a nivel mundial, la aplicación de las vacunas con tecnología ARN mensajero en niños y adolescentes, como la Pfizer, tiene lugar a la luz del principio del riesgo-beneficio.
Sobre la incidencia de miocarditis reportadas en niños y adolescentes vacunados con dicha plataforma, indicó que son “efectos transitorios que van mejorando, a diferencia de lo que causa el Covid que deja secuelas”.
“No sé la cifra exacta, pero estos fenómenos (de miocarditis en recién vacunados) son extremadamente raros y en su gran mayoría transitorios con relación a lo que provoca la enfermedad, que son más frecuentes las afecciones y además dejan secuelas”, dijo al señalar que esto figura en las agencias internacionales y en Sistemas de Vigilancia de Vacunas de todos los países.
Por lo que es más peligroso no recibir la vacuna por temor al desarrollo de una miocarditis. Porque de infectarse, el niño puede tener aparejado como secuela el síndrome inflamatorio multisistémico, más conocido como síndrome de Kawasaki. “Las personas evalúan solamente el riesgo al cual se someten para recibir la vacuna; sin embargo, no evalúan el enorme riesgo que representa el no recibir la vacuna. No hay riesgo neutro en este caso; por eso siempre mencionamos la valoración riesgo-beneficio, en cuanto a cualquier intervención farmacológica, sean vacunas o no”, sostuvo.