El flamante presidente del Instituto Nacional de Cooperativismo (Incoop), Pedro Loblein, informó que las entidades solidarias mantuvieron un crecimiento de préstamos de 7% a 10% en el transcurso del año pasado, por debajo del promedio de hasta 20% que alcanzó el sistema bancario entre los meses de abril y mayo.
Para el efecto, reconoció que las cooperativas deberán trabajar en abaratar los créditos que ofrecen a sus socios, a fin de que puedan competir en el mercado. Al respecto, advirtió que sigue disminuyendo la ventaja que otrora exhibían estas firmas frente a los bancos y las financieras.
Se refirió también a la reanudación de las inversiones en el segmento de cooperativas de producción, particularmente por las perspectivas de mejor rendimiento de la producción de soja para la campaña 2019/2020.
“Las cooperativas están en este momento elaborando su plan de trabajo para el año, buscando todas las estrategias para poder colocar. En el sector de ahorro y créditos, hubo un problema de poca colocación de créditos, alta liquidez y alta disponibilidad en el sector. En el sector de producción, las cooperativas están con un esfuerzo muy grande, a pesar la crisis y de años consecutivos difíciles”, expresó.
Loblein recordó que la morosidad fue el problema principal del 2019, en la gestión de las cooperativas, y adelantó que este indicador se ubicó en torno al 7%. No obstante, celebró que se estén observando buenos resultados en el rendimiento de las operaciones, con números alentadores en el rubro de excedentes.
Competitividad. En cuanto a las condiciones para competir en el mercado, el titular del Incoop reconoció que las entidades solidarias tampoco optaron por una reducción considerable de las tasas de interés, al igual que las firmas financieras, debido a la elevada percepción de riesgo que acompañó a la merma de la actividad económica y la incertidumbre que se apoderó del 2019.
“Hubo una reducción tanto de tasas pasivas como activas, en un promedio de 2 puntos. Tenemos que entender que las tasas de créditos, por sobre todas las cosas, entran mucho en función al riesgo que hay de recuperación. Se trató de mantener y cuidar, la morosidad y el riesgo de recuperación fue muy alto e influye mucho en el momento de fijación de tasas”, aseveró.
“Esperemos que se logre reducir (las tasas de interés en el 2020), que el nivel de riesgo baje, para que pueda mantenerse la competitividad”, concluyó.
El producto interno bruto (PIB) de Paraguay sufrió el año pasado una retracción de 1,1% hasta el tercer trimestre, según registros del Banco Central del Paraguay (BCP), como consecuencia de factores como condiciones climáticas adversas, menores precios internacionales de materias primas, deterioro de los países vecinos y cambio de Gobierno. Esta entidad estima que el 2019 cerró con un crecimiento de apenas 0,2% y espera para el 2020 una recuperación de 4,1%, de la mano del rebote de la producción agrícola, principalmente.