El modo Covid19 de vivir puso la nota a las convenciones de los dos partidos tradicionales (ANR y PLRA), no exentas de polémica política y controversia legal. Ayer, los colorados; hoy los liberales. Ambas asambleas para adecuar los estatutos a las modificaciones del Código Electoral, referente al financiamiento político y las listas desbloqueadas, pero la cuestión de fondo es el control partidario con miras a las elecciones presidenciales del 2023, cuya primera parada electoral son las internas municipales en junio del 2021.
La ANR, en el marco de la Operación Cicatriz, que nació para acercar al presidente Mario Abdo Benítez y al ex presidente Horacio Cartes, dio otro paso ayer con el voto al unísono de los dos movimientos para prorrogar el mandato del cartista Pedro Alliana al frente de la ANR hasta el 2022. La controversial decisión, a todas luces ilegal y que tuvo la abrumadora mayoría de 816 votos contra 56, fue tapizada con el pragmatismo político. Lo dijo el viernes Mauricio Espínola, secretario privado del presidente de la República: “Me dicen que el acuerdo sobre el estatuto no es legal, pero digo que esta situación es un acuerdo político”. Ayer se abrió una peligrosa compuerta con consecuencias nefastas para la democracia. Prorrogar mandatos solo porque se tiene mayoría es autoritarismo y camina hacia una dictadura.
El argumento colorado para evitar la simultaneidad de las internas para elegir autoridades partidarias con las internas municipales (junio 2021) es la supuesta fractura que genera en las bases la disputa por ambos cargos. “No se cicatrizan las heridas”, dicen y mencionan como antecedente el 2015, cuando la ANR perdió municipios claves como Asunción, Encarnación, Lambaré, Fernando de la Mora y, recientemente, Ciudad del Este.
La ordenada convención virtual histórica, sin embargo, no fue transparente. No dejó ver a los convencionales en el uso de la palabra y menos aún a los escasos convencionales que estaban en contra de la prórroga. El senador Enrique Riera (hasta hace poco ferviente cartista) denunció que pidió la palabra y se la negaron, que el tribunal partidario no pudo fiscalizar los votos, que el chat estaba habilitado, pero nadie contestaba y que la lista de oradores fue invisible. “Esto es un atraco”, denunció en el mundo virtual de Twitter, una frase que remonta a la convención colorada de 1987, cuando los militantes combatientes stronistas se apoderaron del partido a la fuerza y expulsaron a los disidentes.
CONTROL ABSOLUTO. Esta convención ratifica el poder absoluto del cartismo dentro de la ANR que ya no disimula que vive y respira por su billetera. La convención fue solventada por el empresario tabacalero, como informó el propio Alliana, días pasados. El poder partidario queda en manos de Honor Colorado, que marcará el ritmo de las elecciones municipales y presidenciales.
Y aunque parezca que Mario Abdo esté en igualdad de condiciones con Cartes, en realidad, ayer se diluyó aún más su poder tanto dentro como fuera de su partido y si sigue así será apenas un fantasma en el Palacio de López hasta el fin de su mandato.
Desde que recaló en la ANR comprándolo todo, Cartes dejó en claro que la disidencia no forma parte de su proyecto y quienes le siguen deben tener obediencia debida.
Ayer no hubo sillazos ni discusiones. La disidencia fue ignorada con un simple clic. Y una mayoría aplastante que obedeció dando enter al guion preestablecido.
La domesticación reducida en emoticones.
ELECCIÓN DE ABOGADOS. Dentro de una semana, Cartes volverá a poner a prueba el poder de su dinero con la elección en el gremio de abogados que elegirán a dos representantes ante el Consejo de la Magistratura. Lanzó al ruedo a dos candidatos, para testear cuál candidatura “prendía” mejor. Como los dos tuvieron la misma aceptación, pidió que se mostraran abiertamente con él. Uno de ellos se negó y le explicó que su propuesta es independizar el Consejo de los partidos políticos. Por supuesto, fue dejado de lado. No solo perdió su apoyo, sino también a su dupla, a la que se le ordenó que se sume a la lista de Jorge Bogarín, quien muestra orgulloso el padrinazgo cartista en fotos.
PLRA. Los liberales también realizan hoy su convención y a diferencia de los colorados, no habrá asamblea virtual, sino una votación en papeletas en los comités de todo el país. Tienen que decidir tres puntos: autorizar las alianzas y concertaciones; la adecuación de los estatutos a la ley electoral y ratificar la línea política de oposición con severas sanciones, como la expulsión para todo afiliado, con o sin cargo, que contraríe la línea trazada. Este último punto pone contra las cuerdas al llanismo que considera fascista, totalitario y dictatorial este punto. Aquí no está en discusión ninguna prórroga de mandato, aunque varios sectores plantearon el desdoblamiento. De los resultados se verá si Efraín Alegre sigue teniendo el férreo control del partido o Blas Llano recupera terreno.
Como en la ANR, aquí también se juega el 2023 y la visión política que debe tener el PLRA de cara a las elecciones presidenciales.