Por Javier Núñez
CAAGUAZÚ
Si bien hay más de 240 agentes policiales desplegados todavía en la zona de Caaguazú y Alto Paraná, en la búsqueda de los integrantes de la banda que secuestró a los japoneses, a un policía y su novia, ya no hay allanamientos y los uniformados solo se dedican a hacer controles de rutina.
No se ve más la movilización de agentes como en los días previos a la liberación de las víctimas y mucho menos a lo que se dio tras el pago del rescate. Es más bien un acto de presencia el que están haciendo los policías en la región, esto atendiendo a que los cabecillas de la banda ya no se encuentran en la zona y las investigaciones dan cuenta que los mismos ya pasaron al Brasil. Como suele ocurrir tras la liberación de los secuestrados, en los allanamientos caen elementos más endebles de las estructuras. Como ser los que compran chips de teléfonos, alquilan casas o hacen algún tipo de trabajo menor en la gavilla y que generalmente son miembros reclutados para esa labor en especial; luego, si no son capturados, son utilizados en hechos similares.
En el caso de este grupo, José González es el que decide quiénes entran a la banda y, si fallan, son eliminados. Este accionar hizo que el ex policía sea respetado por los facinerosos, quienes piensan dos veces antes de traicionarlo.