En ese sentido, el especialista sugiere que en la primera etapa se adopten medidas que generen ingresos a los actores económicos, que permitan a las mipymes contar con recursos para seguir existiendo.
“De alguna u otra manera se tienen que impulsar acciones más efectivas a las que se impulsaron recientemente”, afirma.
Para la segunda etapa, según Royg, será importante generar condiciones e incentivos para que las empresas se reinventen. Esto se logrará mediante un reordenamiento de la política fiscal, ajustando los niveles de gastos, para conseguir un ahorro fiscal en el sector público.
SUPERÁVIT. “La Ley de Responsabilidad fiscal debe ser con un superávit (más ingresos que gastos) del 1% del PIB, o con un equilibrio fiscal como mínimo. Esto implica recortar gastos innecesarios, modificar la manera de contratación del sector público, cancelar obras innecesarias, como ser el puente de Chaco’i, por ejemplo, que no sé si es una prioridad en este momento; o cancelar otras obras de infraestructura que no tengan que ver con la estrategia de desarrollo del país”, recomendó.
Asimismo, insta a cancelar algunos contratos en el sector público, dado que hoy se tiene un nivel alto de funcionarios públicos que no cumplen con la tarea de entregar servicios a la ciudadanía.
“También hace falta una política monetaria que colabore con las políticas de desarrollo del país, no podemos tener una política tan contractiva como la hemos tenido en esta última”, añadió.
En ese contexto, el representante de la consultora insiste en que las prioridades a atender durante la reactivación económica deben ser: una política fiscal austera, que genere ingresos a los sectores más vulnerables y entregue bienes y servicios en las áreas de salud y educación; la formalización de las mipymes, y motivar el consumo de los productos nacionales y la producción de las mipymes.