La ceremonia fue en honor al Mcal. José Félix Estigarribia, líder paraguayo en la conflagración, en la calle que lleva su nombre. En el sitio, el embajador paraguayo en Uruguay, Rogelio Benítez, y la embajadora de Bolivia, Carmen Sandoval, depositaron una corona de laureles al pie del busto del mariscal.
La embajadora resaltó los valores militares del Mariscal Estigarribia. Sandoval se dirigió también a los presentes agradeciendo la invitación. Señaló que era un honor para ella participar de este homenaje en el cual no había venido a hablar de la guerra sino de la paz, y resaltó la hermandad existente hoy entre ambos países. Además, instó a seguir proyectando la excelente relación económica, comercial y de cooperación entre ambas naciones.
A su vez, Benítez realizó un relato sobre el teniente boliviano Luis Beltrán, caído en la contienda y enterrado en Campo Vía, cuya esposa solicitó ante numerosas autoridades bolivianas y paraguayas la repatriación de los restos de su marido para dar cumplimiento a su última voluntad, todas ellas sin éxito.
De acuerdo al relato, en un encuentro con el Mariscal Estigarribia, la viuda reiteró su pedido y este ordenó dar cumplimiento a la voluntad del Tte. Beltrán, poniendo de manifiesto además de su valor, aptitudes militares y su talento político, una fuerte dosis de humanidad.
“Esto fue lo que hizo realidad que, aquello por lo que lucharon, sirva de pedestal para construir la paz y la hermandad que hoy vivimos paraguayos y bolivianos”, concluyó el embajador paraguayo.