Al principio tendría a su cargo la supervisión de otros censistas en la zona que les tocó visitar. Pero como ocurrió en otros lugares, al no presentarse todos los que dijeron que iban a ir, tuvo que sumarse a las visitas casa por casa en la zona del barrio General Díaz.
“Siempre quise colaborar un poco para ver si podemos institucionalizar nuestro país”, dijo Víctor al hablar de la motivación que tuvo para sumarse a la jornada.
No fue el único de su familia que realizó esta tarea ayer. Entre sus compañeros de recorrido, también estuvo presente su hija.
Cáceres, quien está en la función pública, destacó la amabilidad con la que fue recibido en los hogares a los que llegó. Incluso ponderaban que una persona mayor se haya sumado a la recolección de los datos estadísticos.
Pero no todos los hogares tuvieron la predisposición para recibir a los censistas como fue con él. También hubo negativas.
“Incluso acá, a una cuadra, en una casa le dijeron al censista que ellos eran cristianos, que no querían saber nada de los satánicos, que no iban a firmar ni un pacto con el diablo”, reveló como anécdota de la jornada.
Víctor destacó el entusiasmo de los voluntarios que realizaron el trabajo. Como falencia comentó que en las capacitaciones que tenían, no había un criterio unificado en cuanto al mensaje transmitido a los que realizarían la labor.
PRIMERA VEZ. Del otro lado de la jornada de ayer, hubo personas adultas que por primera vez eran censadas. Esto ocurrió en el barrio Trinidad y también en barrio Obrero.
Los censados resaltaron que las preguntas eran sencillas. Reafirmaron también que al participar del censo, despejaron dudas y comprobaron que muchos mensajes viralizados eran falsos.