Su nombre es uno de los que suena para ser electo cardenal por el papa Francisco.
Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de la Diócesis de Caacupé, se ríe al escuchar lo que entiende es un rumor y, en sintonía con sus pares de la jerarquía eclesial, asegura estar en total desconocimiento.
“Para nosotros, completamente no hay nada”, dice y recuerda que hace tres años el monseñor Adalberto Martínez había sido indicado que sería el primer cardenal paraguayo.
“A lo mejor el pueblo quiere, pero eso es una cosa; otra cosa es la Santa Sede y el Papa es el único que tiene esa atribución: ha de saber si hace falta o no un cardenal para un país. Pero no tenemos la menor idea”, insiste.
Tampoco sabe –dice– si al Papa le agrada su forma de misionar. En efecto, su perfil de “pastor con olor a oveja” sería el indicado para representar al país en el Vaticano.
No tiene mayor aspiración de ser cardenal, según asevera, y si eso llega sería como un premio. Lo importante “es no alejarse de la gente; que no sea un cargo para separarme de la gente, no soy yo tanto para estar en oficina. Me gusta recorrer, estar con la gente”, indica y cuenta que en Caacupé “me encanta llegar a una casa y cocinar o estar con los jóvenes. Contentos se ponen. No tiene precio ese momento, es una cosa linda”, resalta.
Valenzuela entiende que el cardenalato tiene sus ribetes; algunos se quedan en Roma, otros van a sus países. “Si hay algo que me va a dividir, a separar de la gente, no es que tanto me gustaría, porque yo le quiero a nuestra gente, me hallo con ellos”, postula. No es que rechace ser cardenal, solo que un cargo así “ejerce cierto tipo de coacción”, admite.
“A mí realmente lo que me gusta es servir, estar con la gente, recorrer las capillas; no hay BMW, Rolls Royce, solo hay carretas estiradas por bueyes. Pero hay una distensión y lo más lindo es que te demuestran que te quieren y te aprecian. Esa satisfacción es insustituible y un cargo no es tanto para eso”, resume.
Ojalá una vez que haya un cardenal (paraguayo), también vaya a cocinar un poco con la gente. Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé.