Me llamo Jorge Mendelzon Libster y tengo cincuenta y siete años. Yo nací en la ciudad de Asunción, me dedico a todo lo que sea gerenciar centros comerciales y los negocios inmobiliarios en general. Me casé a los veintiséis años y como fruto de mi matrimonio tuve tres hermosos hijos. A mis veintinueve años empecé este problema en la rodilla que parecía algo muy sencillo, pero que no sabía que iba a ser interminable.
En el año 1996 estaba de vacaciones en Punta del Este con mi familia, estaba en un partido de pádel, que era de lo más divertido, como solíamos hacerlo cada tarde, sin saber que sería el último partido que iba a jugar porque nunca más pude volver a una cancha. Hice una corrida y no pude ya alcanzar la pelota y me caí, en ese momento no podía directamente estirar la pierna, se me inflamó tanto la rodilla que me tuvieron que sacar del partido y empezaron a colocarme hielo y antiinflamatorios. Luego de esa situación volví a Asunción muy adolorido con la rodilla bastante inflamada.
Estuve durante 10 años tratándome con diferentes especialistas como si tuviera una artritis, estuve parcialmente diagnosticado. Posteriormente, me realizaron unas tres cirugías porque supuestamente, tenía solamente un problema de menisco. Fui incluso a operarme en Miami, pero no me recuperaba nunca del todo.
Mi doctor de cabecera, Juan Daniel Damus, en Asunción, insistió en hacer una limpieza de esa rodilla. Yo la verdad que no me quería hacer la cirugía porque eran tantas fallidas que me preguntaba ¿Para qué una más? Entonces, un médico especialista en reumatología me dijo para realizarla y que haga muchas biopsias para determinar qué es lo que tenía. Finalmente, luego de 10 años, los médicos llegaron al diagnóstico, me detectaron un tumor en la rodilla denominado Sinovitis villonodular pigmentada, un tumor benigno aunque muy raro, que fue muy difícil de detectar.
Al recibir esa noticia los médicos me dijeron que es un tumor muy agresivo, pero benigno porque no iba a hacer metástasis, pero con tantos años de dejarlo crecer libremente, mi rodilla estaba totalmente destrozada. Incluso, parte del fémur y de la tibia ya estaban bastante afectados.
Los especialistas me mencionaron que ese tumor se pudo haber avivado con el golpe en la rodilla, pero que de igual forma iba a saltar en algún momento.
Me hice 24 cirugías en toda mi vida, por supuesto que no fueron todas de tamaño gigante como varias que tuve, pero fueron como nueve realmente terroríficas y demasiado grandes. Y actualmente yo tengo la cuarta prótesis oncológica puesta en mi pierna.
Una de las cosas más difíciles de todo este proceso en mi vida era la despedida de mi hijos cuando me iba a Estados Unidos a operarme, sin saber cómo iba a salir o cuánto tiempo yo iba a tener que quedarme, porque nunca pude quedarme menos de un mes allí.
Era lo que más nos dolía a mi esposa y a mí, que por cierto, ella siempre me acompañaba en cada una de mis cirugías y ella es como un roble para poder resistir tanto, fue fundamental el apoyo de mi familia para salir adelante.
creación del libro.
Como me ausenté tantas veces en la vida de mis hijos, un día, me inspiré en escribir una muy emotiva carta para cada uno de ellos. Primeramente, mi intención solo era compartir este texto solo con allegados y mis familiares que siempre estuvieron conmigo en momentos que ni siquiera tenía ganas de hablar y solo quería estar solo en mi habitación. Varios amigos que la leyeron me dijeron que era muy inspiradora mi carta y que tenía que compartirla al mundo entero, para gente que la está pasando realmente mal o en mi misma situación. Entonces dije un día: Voy a viralizar la carta, la subí en el Facebook y en todas las redes sociales y, en ese momento, un amigo muy cercano me dijo que tenía que escribir un libro contando mis vivencias y así fue que me decidí a hacerlo.
Yo no soy un escritor, nunca había hecho algo parecido y la verdad que escribir me dio una satisfacción inmensa, es algo que me apasionó como nunca me lo hubiera imaginado. Empecé a elaborar mi libro La Sabiduría del Dolor en octubre del 2022.
Con este libro yo quiero transmitirles una gotita de optimismo a las personas que están atravesando por dificultades y días oscuros, la intención no es hacer una tragedia de lo que me ocurrió, sino contar los aprendizajes que pude capturar.
Finalmente, el aprendizaje que tuve con toda la situación difícil que atravesé por mis problemas de salud es apreciar las pequeñas cosas de la vida; no me refiero a lo material, es disfrutar de los momentos. Porque solo una vida tenemos para vivirla, hay que vivir el presente y yo considero que hoy soy un hombre muchísimo más feliz que antes, que no tenía ni una enfermedad y tenía la juventud en las manos. Actualmente, me siento mucho más realizado y disfruto de las cosas a las que antes no les daba importancia.
A veces al ser humano tiene que superar obstáculos muy grandes, para aprender a vivir y darles valor a las cosas realmente importantes.