Con el descenso de contagios diarios y con la presencia de población ya inmunizada con ambas dosis de la vacuna anti-Covid-19, el uso de tapabocas es una de las medidas sanitarias más vulneradas, ya sea por relajo o cansancio tras un año y siete meses del modo Covid de vivir en el país.
Ante la alta contagiosidad de la variante delta, países con altos niveles de vacunados que habían iniciado el levantamiento del uso del barbijo volvieron a implementar esta medida, con lo que también se recuerda que la vacunación no impide el contagio, sino actúa sobre la aparición de cuadros graves, internaciones y muertes.
DELTA Y EL BARBIJO
Con la nueva mutación del SARS-CoV-2, que presenta un 60% más de contagiosidad sobre las anteriores variantes, se debe atender al ajuste y elección correcta del tapabocas. Se recomienda los de uso quirúrgico. En cuanto a los de tela se debe asegurar que cumplan con las tres capas, la primera que va en contacto con la nariz y la boca deben ser de algodón absorbente, la intermedia de polipropileno, que ayuda a filtrar el aire, y la capa externa puede ser de polipropileno o de poliéster, para que ayuden a resistir la humedad, según las últimas recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El cambio para las mascarillas quirúrgicas debe ser de cada cuatro horas toda vez que no estén húmedas, ante la presencia de humedad deben ser retiradas. En cuanto a las de tela, estas deben tener bolsas dónde guardarlas y lavarlas todos los días con agua y jabón, y someterlas a agua caliente a unos 60 grados.