Otros aspirantes, como los gobernadores de California, Gavin Newsom, y de Michigan, Gretchen Whitmer, podrían lanzarse a la carrera por la nominación del Partido Demócrata, disputándole la candidatura a Harris en una posible convención abierta.
A sus 51 años, el gobernador de Pensilvania, Josh Shapiro, está a la cabeza del mayor “estado bisagra”, es decir, aquel que puede inclinarse hacia uno u otro partido en función de los candidatos y otros factores. Este tipo de estados jugarán un papel decisivo en las elecciones de noviembre.
Claves del proceso. Tradicionalmente, los aspirantes presidenciales reciben la nominación oficial durante las convenciones de sus partidos. Trump, por ejemplo, fue designado oficialmente como candidato republicano esta semana en el primer día de la convención de su formación en Milwaukee (Wisconsin).
Sin embargo, este año el Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en inglés) había planeado realizar una votación virtual a principios de agosto para determinar al nominado, antes de la convención programada del 19 al 22 de agosto en Chicago (Illinois).
No está claro si este plan se mantendrá, ya que algunos sectores del partido consideran que hacer una votación telemática antes de la convención denota falta de transparencia.
Si se suspende esa votación telemática, el nuevo candidato se elegiría en la convención, donde desempeñan un papel crucial los delegados que fueron escogidos durante las primarias demócratas celebradas entre enero y junio de este año, en las que Biden obtuvo el 87% de los apoyos al no tener rivales significativos.
Durante el proceso de primarias, los votantes no eligen directamente a su candidato favorito, ya sea Biden u otro, sino que designan a unos 4.000 delegados que, durante la convención, eligen formalmente a quien representará al partido en las elecciones. ¿Esos delegados pasan automáticamente a Harris?
Los delegados no se transferirían automáticamente a la vicepresidenta, a pesar de que la campaña siempre llevó el nombre de “Biden-Harris”.
En el proceso de primarias, los delegados se comprometieron a votar por Biden, pero este compromiso no es irrevocable. Ahora, ante la retirada del presidente, podrían respaldar a otros candidatos.
Para que esto suceda, Biden debería “liberar” formalmente a los delegados de su compromiso inicial. Aunque el presidente podría recomendar que apoyen a Harris, a quien ha elegido como sucesora, los delegados tendrían la libertad de votar según su propio criterio.
Esto implica que podrían inclinarse por un candidato alternativo si consideran que tendría más posibilidades de vencer a Trump en noviembre.
Esta flexibilidad en el voto de los delegados abre la posibilidad de una “convención negociada” o “brokered convention”, un escenario que hace más de 70 años que no se produce.
De hecho, las últimas convenciones abiertas tuvieron lugar en 1952. Adlai Stevenson II (Partido Demócrata) y Dwight D. Eisenhower (Partido Republicano) fueron los últimos candidatos presidenciales de sus respectivos partidos en ganar sus nominaciones en convenciones de este tipo. ¿Qué es una “brokered convention”?
El influyente legislador afroamericano Jim Clyburn, hasta hace poco aliado clave de Biden, también sugirió recientemente que, aunque Harris debería ser la nominada, sería conveniente hacer una “miniprimaria” para fortalecerla y seleccionar a su posible vicepresidente.
En una “brokered convention”, la incertidumbre sobre el nominado añade emoción al proceso. Los candidatos negocian in situ con los delegados, se alcanzan acuerdos en reuniones a puerta cerrada y se puede ver cómo compiten por poder los diferentes grupos que conforman el Partido Demócrata.
En este escenario, los delegados pueden votar por cualquier candidato que se presente, en tantas rondas como sean necesarias hasta asegurar un nominado. Un candidato se proclamaría vencedor al superar la cifra mágica de 1968 delegados, necesaria para obtener la candidatura.