El comercio de Salto del Guairá, Departamento de Canindeyú, sigue debatiéndose en una profunda crisis, al no poder recuperarse del todo tras la reapertura de la frontera con Brasil, hace un año. Los comerciantes se quejan del abandono estatal y de la falta de políticas para recuperar la economía de esta zona.
Víctor Stanley, presidente de la Asociación de Mipymes de Salto del Guairá, señaló que esta urbe se siente olvidada por las autoridades nacionales, quienes no se deciden a tomar medidas concretas para poder reactivar el comercio fronterizo. A su entender, la falta de ventas se sigue sustentando en la fortaleza del dólar frente al real. “La cotización del real está muy baja y acá los precios se cotizan en dólares. Además nos afecta la economía brasileña que no se recupera del todo y eso genera mayor desconfianza entre los compradores”, indicó.
A esta problemática se suma la inseguridad reinante en la ciudad, que golpea más fuertemente a los turistas brasileños que llegan a comprar, quienes son abordados por personas inescrupulosas –denominadas “pirañitas”–, que se encargan de engañar en su buena fe a los compradores.
“Desde el momento en que los compradores brasileños ingresan a comprar a la ciudad son abordados por los pirañitas, que les engañan diciendo que les llevarán a una tienda con precios ventajosos y luego de venderles sus productos, le recargan o sobrefacturan en las tarjeta de crédito diez veces más de su precio real. Si cuesta 500 reales, ellos les recargan 5.000. Estamos lidiando con denuncias de ese tipo todos los días”, relató Stanley.
Agregó que lo peor es que ese trato inescrupuloso a los compradores brasileños luego corre de boca en boca entre ellos y contribuye a que otros turistas ya no confíen y eviten cruzar a comprar a Salto del Guairá. Al mismo tiempo, el comerciante mencionó la alta competencia que ejercen las duty free brasileñas que se están volviendo a rearmar después de la pandemia. “Los brasileños van a preferir comprar en estas tiendas, porque les ofrecen confianza, antes que cruzar la frontera en donde corren riesgo de que lo estafen”, dijo Stanley.
Alegó que los comerciantes salteños se sienten indefensos y olvidados y reclamó la ausencia del ministro de Industria, Luis Castiglioni, quien nunca apareció por la ciudad, a diferencia de Liz Cramer, que sí había organizado reuniones técnicas para encontrar una solución a la problemática.