18 may. 2025

Claman a la Virgen por el fin de la peste, con repique de campanas

Pedido. El rezo  a la Virgen de Caacupé  por el fin de la pandemia fue seguido a través de las redes y la televisión.

Pedido. El rezo a la Virgen de Caacupé por el fin de la pandemia fue seguido a través de las redes y la televisión.

“Oh, María, Virgen Inmaculada, tú que has sido elegida por el Padre para aplastar la cabeza de la antigua serpiente, ayúdanos a vencer este mal, llamado coronavirus, que nos agobia en estos días. Madre infatigable, que junto con tu esposo San José, fueron incansables custodios del Niño Jesús, protege con amor maternal a toda la humanidad, en especial, a los hijos de esta tierra guaraní”, dicen las primeras estrofas de la “Oración de Consagración a la Virgen de Caacupé para protegernos del coronavirus”.

La plegaria especial fue elaborada por la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) para ser invocada por el pueblo católico, ayer, durante el histórico acto de Consagración de la Nación paraguaya a la Madre Celestial para pedir su intercesión ante la pandemia del Covid-19.

La Basílica Santuario de Caacupé fue el epicentro de esta inédita celebración que arrancó a las 17:00, con el tañido de las campanas que se replicó en todas las iglesias y parroquias del país.

De frente a la imagen de la Virgen Peregrina se realizó, primero, el pedido de las intenciones para dar inicio al rezo del santo rosario. En cada misterio de la oración, elevada con motivo del Viernes de Dolores, encomendaban a Dios la recuperación de los enfermos y sus familiares, así como por los profesionales de la salud y personal de blanco que luchan de forma incansable contra este mal.

“Trono de la sabiduría, que acompañas a la humanidad en su búsqueda de una vida mejor, asiste a las autoridades, médicos, científicos y religiosos y a todos los que trabajan para ayudar a los demás”, reza otro párrafo de la oración leída por el monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, y que fue seguida por los demás obispos y los fieles católicos a través de las redes sociales y los canales de televisión. Valenzuela expresó que el repique de campanas tiene un sentido espiritual fuerte. “El sonido de la campana significa sobre todo alejar al espíritu maligno. Que el poder de la mano de Dios someta a los malignos poderes del aire; que tiemblen con el sonido de la campana y que huyan ante la santa cruz grabada en la campana”, dijo.

Por cierto, una de las 15 campanas de la Basílica lleva el sello de la cruz y la inscripción “Pesten Fugo” (“ahuyentar la peste”).

En la misa, Valenzuela centró su prédica en el llanto de Jesús que “ahora llora por nuestra desobediencia porque no se acata la cuarentena”, afirmó el obispo que en su mensaje central, desde la capital espiritual del país, exhortó a la población:

“¡Quédate en casa; qué pena sería que una persona muera por el contagio que tú llevaste!”.