China “parece estar tomando posiciones para dar potencialmente un paso más en los próximos días”, dijo a los periodistas el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby.
Esto “podría incluir provocaciones militares como disparar misiles en el Estrecho de Taiwán o alrededor de Taiwán”, afirmó, o “entradas aéreas a gran escala” en la zona de defensa aérea de Taiwán, una isla reivindicada por Pekín.
Algunos de los posibles movimientos de China permanecerían dentro de la “línea de tendencia preocupante” en torno a la isla, dijo.
Pero algunos “podrían ser de diferente alcance y escala”, añadió Kirby, quien precisó que el último lanzamiento de misiles chinos en el Estrecho de Taiwán se remonta a mediados de la década de 1990.
Los funcionarios estadounidenses estiman que China está exagerando ante una posible visita de Pelosi, aún sin confirmar.
Aunque Pelosi es la segunda en la línea de sucesión a la presidencia de Estados Unidos y su cargo le confiere un poder enorme, la Casa Blanca insiste en que elige sus viajes de forma independiente.
Pelosi “tiene el derecho de visitar Taiwán”, dijo este lunes John Kirby. “No hay motivo para que Pekín convierta una posible visita, congruente con la política estadounidense de hace tiempo, en un tipo de crisis”, añadió.
La presidenta de la Cámara de Representantes “tomará su propia decisión sobre si visita o no Taiwán”, señaló el secretario de Estado, Antony Blinken, en la ONU.
Kirby aseguró que Estados Unidos “no se dejará intimidar” en la región del Pacífico, pero trató de aplacar la tensión insistiendo en que la política estadounidense no ha cambiado respecto a Taiwán.
Una política que podría resumirse así: respalda al gobierno autónomo de Taiwán, reconoce la soberanía china y se opone a un intento de independencia total por parte de Taiwán y a una toma del poder por la fuerza por parte de China.
“Nada ha cambiado, nada ha cambiado”, repitió. “Nos oponemos a cualquier cambio unilateral al statu quo de cualquiera de los lados (...) Hemos dicho que no apoyamos la independencia de Taiwán”.
“Ciertamente no hay razón para que esto llegue a las manos”, agregó.
Kirby confirmó que Pelosi viaja en un avión militar y que Washington “se asegurará de que pueda viajar segura”. Según él, “no es tanto que pueda haber un ataque directo, sino que aumentan las posibilidades de un error de cálculo”.
El gobierno chino, a través de su representante en las Naciones Unidas, Zhang Jun, reiteró que la posible visita a Taiwan de Pelosi, “socavará, si se lleva a cabo, la relación entre China y Estados Unidos”.
“PROVOCACIÓN”. En una rueda de prensa para presentar el programa de trabajo del mes de agosto en que China ocupa la presidencia rotatoria del Consejo de Seguridad, Jun dijo que esa posible visita de Pelosi - que fue tema principal de la rueda de prensa- puede calificarse de “peligrosa y provocadora si Estados Unidos insiste en hacerla”, ya que “definitivamente mina el principio de la soberanía china y de nuestra integridad territorial”.
Si se produce, “Estados Unidos debe asumir todas las consecuencias, agregó.
China “tomará medidas firmes y enérgicas”, pero se negó a especificar cuáles serían a preguntas de los periodistas.